El solitario placer de la venganza : El
banco de hierro forjado que veo camino de la iglesia del pueblo parece fuera de lugar. Su
sitio apropiado sería un parque, pintado de verde, rodeado de naturaleza fácil
de mantener y ocupado por ancianos cruzándose información sobre ofertas para
alargar la pensión y quinceañeros en silencio lanzándose mensajes en mayúsculas
a través de los móviles. Unos pájaros de fondo, un padre en chándal empujando
un carrito, un perro de correa tensa controlado por un tipo con tatuajes en el
cuello, duro como el mármol. Ahí encajaría bien el banco.
Aquí, bajo un puente, rodeado de
hormigón y mirando una estrecha carretera, parece condenado al
destierro. Es un banco en el que no me imagino a nadie sentado. Lo miro un buen
rato sin conseguir que lo que se me pasa por la cabeza (y son muchas cosas)
encaje bien ahí. Un joven delgado tocando una guitarra. Una mujer con bolsas
alrededor concediéndole a sus varices la tregua que le piden. Un chaval
haciendo a última hora los deberes que había olvidado. Dos municipales charlando
de un tema del que han prometido olvidarse cuando se levanten. La promesa de un
rápido viaje húmedo. Todo se acaba desvaneciendo sin que le encuentre una
justificación a ese banco.
Dejaría de pensar en él si no fuera
porque noto cierta intención. El hilo de una historia del que no me veo capaz de
tirar. Lo aparto y lo retomo sin mucho éxito durante la ceremonia de la
comunión a la que nos han invitado. Como el día es frío, cuando nos reunimos al
terminar las indicaciones de cómo llegar a la casa donde se va a celebrar la
fiesta se dan de forma precisa. A nosotros : tenemos que coger en sentido
contrario la carretera por la que hemos venido, que va desde la iglesia hasta
el cementerio, y una vez que lo pasemos seguir recto hasta que nos crucemos con
la zona que ya conocemos.
Vuelvo a pasar por delante del
banco, ocupado ahora por alguien al que me imagino disfrutando del último viaje
de un íntimo enemigo. El fin de uno de esos odios de pueblo que crecen como dos
troncos entrelazados.
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