Cien
mil ratas a la espera de la señal : Me encuentro en el lavabo a la rata de
peluche mirando el desagüe. O es la vigía que va a dar la señal para que empiece
la invasión definitiva o escucha con la boca seca los rumores de agua que
llegan de lejos. Cien mil ratas de peluche recorriendo las cañerías para
lanzarse a conquistar casas es el arranque de una buena historia, pero como yo
también tengo la boca seca me quedo con la segunda opción. Sí que hace calor
rata, y poco ayuda tener piel de peluche y compartir ADN con el relleno de las
almohadas. Además, rata, pudiendo haber nacido oso de peluche. La vida tampoco
parece muy justa en ese lado, rata. Pero mira, no has terminado mal. Un niño te
eligió y ahora su padre te da conversación. No sé si podría meterte en la
lavadora para que te des un buen baño porque ningún peluche conserva tu
etiqueta : manías de los mellizos. Pero lo bueno es que las ratas sois muy
resistentes. Como el sábado es día de colada te voy a meter con el resto de la
ropa. Que no se diga que no te cuidamos, no lo olvides, acuérdate de esto
cuando por fin esas cien mil ratas de peluche salgan por todas partes y nos
hagan pagar humillaciones como las de las etiquetas. Intercede por nosotros.
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