Un plato más en la cena : Ver la piscina vacía solo quiere decir que las cuentas
cuadran, pero no detalla cómo. Es bastante probable que haya familias que estén
dado de cenar a un hijo de más, otras que echen en falta a uno suyo. Después del
barullo de la tarde, con niños llevando el agua a su punto de ebullición a base
de saltos, volteretas, partidos, pistolas de agua, carreras con aletas o golpes
con churros de colores (totalmente nuevos a estas alturas del verano) no es
raro subirte a casa uno de más o de menos. No importa : basta con tratarlo como
si fuera tuyo y mañana, en la piscina, cambiarlo por el que te pueda faltar. Lo
fundamental es que al asomarte por la noche, con todos ya en la cama, los dientes
limpios y la luz apagada, en la piscina no haya nadie. Solo las luces, recién
encendidas, reflejándose en el agua. Es bueno apoyarse en el balcón e ir
dejando que la cabeza se vaya calmando hasta ser como la superficie de la
piscina.
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