Leche fermentada por las venas : Una
vez que dejas solo al bote de Actimel con forma de soldado espacial, sin el
apoyo de artillería de la publicidad, parece una figura poco curtida que
no duraría mucho en un cajón de juguetes. De personaje de “Tropas del espacio” a
un simple bolo con cara para que Chewbacca se eche unas partidas entre batalla y batalla contra los TIE Fighter. Tanta televisión. Tantos anuncios en las
paradas de autobús. Para esto. Ni siquiera Daniel, que insistió bastante en que
lo comprara, sabe muy bien qué hacer con él cuando, después de limpiarlo por
dentro, lo vuelve a coger : él, que encuentra inspiración en todas partes. Bueno,
lo coge, lo mira y me dice que todavía no lo tire. Es la única y última
oportunidad que este bote de Actimel va a tener, pero no creo que sepa
aprovecharla. Qué poca cosa. Pero es normal en un soldado al que le corre leche
fermentada por las venas. Para ver si espabila, lo meto en la nevera a que haga
guardia toda la noche junto a los huevos. Nunca nos han robado ninguno, pero se
no se lo digo.
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