La absolución de la cámara : Doy una
vuelta por el jardín buscando una fotografía y la encuentro en un sitio por el
que he pasado antes muchas veces sin pararme. Es la parte de la construcción de
la chimenea que sobresale de la pared. El contraste de las sombras la vuelve
más precisa. Vaya. El atardecer se está tomando su tiempo aquí
Dentro de la casa ya arden los
troncos, y se va pensando en la cena, y la televisión está encendida, y alguien
coge un dulce de una bandeja, y alguien pide que se cierre la puerta para
evitar que el frío, y se hace una llamada, y alguien baja por la escalera
delatándose por sus zapatos, y se dice algo de la primera ronda de la Liga, y
alguien ofrece una cerveza, y alguien abre la nevera y se queda un momento
apoyado, y alguien dibuja en una hoja con un lápiz, y alguien abre los cajones
buscando un cuchillo, y alguien recoge del suelo un juguete y lo deja en su
sitio, y alguien pronuncia un nombre en voz alta varias veces, y alguien se
agarra las rodillas, y alguien pregunta sobre un programa, y alguien cierra un
momento los ojos, y alguien atiza el fuego para que no se duerma.
La proporción de las sombras me
parece perfecta. También el año se va ocultando y todos podemos ver nuestras
sombras en la pared y descubrir que son necesarias para reconocer con más
precisión lo que somos. Lo estético por encima de lo moral. Eso es lo que
pienso si me creo lo que veo después de hacer la fotografía.
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