El hotel de los desterrados : Para saber el futuro de un niño no hace falta echarle
las cartas, ni realizar test complejos ni analizar sus respuestas ante una
serie de preguntas específicas. Basta con ver cómo lanza los dados sobre el
tablero del Monopoly y su reacción. Lucía, por ejemplo, no permite que la
partida caiga en intensidad a pesar de que llevamos más de una hora jugando. No
ha pasado nada por alto. Ha calculado, ha comprado con cuidado. Cuando quiero
reaccionar, me veo obligado a hipotecar casi todas mis casas. Es entonces
cuando caigo en la celda en la que ha colocado un hotel: este juego también
sirve para conocer el pasado de un adulto
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