domingo, 28 de septiembre de 2014

Los tres panties de la loba



Los tres panties de la loba : En el barrio hay un local en donde, en un par de años, primero ha habido un gabinete psicológico (supongo que para que pequeñas manías, porque el sitio es muy pequeño), después una frutería (con un género que parecía venir aquí a terminar su ciclo de vida) y, ahora, han instalado un gimnasio con máquinas que, en veinte minutos a la semana, te dejan el cuerpo listo (sin permitir que sudes).

Aunque me he acostumbrado a ese fluir de negocios como manifestación de la teoría de la oferta y la demanda (de la que se protegen las grandes empresas con métodos que solo se les permite a ellas), me siguen sorprendiendo esas tiendas que parecen llevar en el mismo sitio desde antes de mi nacimiento.

En el paseo por Valladolid me quedo mirando el escaparate de una lencería. Los precios están escritos a mano sobre trozos de cartulina diferentes. No hay fotos de modelos: no hay fotos. Se ven unos cuantos carretes de hilos. También trabajos de ganchillo. Y, saliendo de una pared de corcho, tres piernas mostrando diferentes tipos y precios de panties.

Es posible que dentro haya una dependienta mayor leyendo hasta la última palabra del ABC, un café con leche servido en una taza de cristal sobre un plato a juego, una radio a pilas de fondo de las que se sintonizan a mano y un gato tranquilo retrasando con su sueño el ritmo de un reloj al que hay que dar cuerda cada dos días. El ambiente de una tienda de la que los clientes llevan saliendo decenas de años pensando que han hecho su última compra ahí.  Habría que estudiar este marketing de ganchillo capaz de encontrar su hueco en el marketing de redes.

Tal vez el mirar un escaparte frente al que se ha detenido tanta gente estimule la imaginación. Al ver esas tres piernas me imagino una nueva versión del cuento clásico en el que una loba trata de entrar en las casas de los tres cerditos enseñando la pierna. El primer cerdito cede ante la tentación que esconde un panty rojo de 3 €. El segundo no puede resistirse a la historia que sugiere el panty blanco de 6 €. Y el tercero, que se creía capaz de evitar cualquier invitación lujuriosa, cae ante la loba que se presenta con un panty térmico de 6€, la que intuye que el frío que lleva el cerdito dentro no se calienta con el fuego de un cuerpo listo.   

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