Un reto para los seis grados de separación
: Se cumplen casi treinta años del lanzamiento de “Hounds of Love”, la obra
maestra de Kate Bush a la que la revista Mojo le dedica un especial. En él, Tricky
dice
“With certain artists, even if they´re good, you can hear where they
came from. Musically, she has no mother or father. I´d love to ask her what she
listened to and what influenced her when she was growing up, ‘cos I can´t
imagine. She´s in a totally different place to everyone”
Era
la época del “So” de Peter Gabriel, del “The Colour Of Spring”, de Talk Talk, del
“Steve McQueen”, de Prefab Sprout o del “Brilliant Trees” de David Sylvian. En
ese ambiente, Kate Bush saca el “Hounds of Love”, un disco para el que pidió
que le construyeran una cabina privada en la que pudiera experimentar con su
voz sin que nadie la viera y convertirla así en el principal elemento del
disco. Un disco que sigue tan vivo que las entradas para los veintidós conciertos
celebrados entre agosto y septiembre de este año basados en él se agotaron en
quince minutos.
Un disco del que a veces recuerdo
algún tema mientras escucho la radio y que me obliga a apagarla, desencantado.
Hoy Daniel sale del colegio con el
título de la canción que ayer no supo decirme y que quiere que le grabe. Se lo
ha escrito en la mano y me lo enseña : “Timber”, de Pitbull. Desafiaría a todos
los que son capaces de unir a dos personas mediante seis conexiones a hacer lo
mismo con Pitbull y Kate Bush. Me animaría.
Busco el tema en youtube y al verlo
tengo que admitir que si hay algo en lo que Kate Bush flojeaba era en sus
vídeos, que han envejecido muy mal. Este de “Timber”, por ejemplo, con esas camareras
sirviendo chupitos, tiene su interés. No voy a negarlo.
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