jueves, 21 de junio de 2012

Bastará para sanarme




Bastará para sanarme : Hemos cubierto las zonas peligrosas de la realidad con trozos de espuma que amortiguan el golpe hasta tal punto que ni siquiera lo percibimos : usamos “low cost”, por ejemplo, para creernos que si compramos cosas baratas no es por obligación, sino por el placer de gastar poco. Son las pequeñas trincheras del idioma. El chupito que uno se sirve cuando se queda solo. La parada del autobús iluminada en mitad de la noche.

Ahí está ese cartel del Carrefour. Hay carros grandes y medianos. Si a cualquiera le preguntas cuál es el opuesto de grande, jamás te responderá que mediano. Ese cartel es el trabajo de alguien inteligente que ha utilizado una palabra con una precisión que me pone de buen humor. Es una pequeña trampa, de acuerdo, pero está a la vista a pesar de que haya que hacer el pequeño esfuerzo de fijarse.

Con las cifras todavía calientes del acuerdo en la mesa, la última batalla entre países, por lo que vemos, está en el idioma. Se permiten variaciones de miles de millones, pero la palabra que designe el acuerdo ha de ser una.

Y es importante. El que entra a hacer la compra con un carro mediano cree conservar algo que seguramente ya le hayan quitado.

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