El Universo dice
: El mundo está lleno de señales, sólo hay que saber leerlas. Es cierto que vivimos
tiempos de desorientación, de incertidumbre, mecidos por mensajeros del Apocalipsis
y repartidores de pizza sin escrúpulos, de banqueros sibilinos, de periodistas
manipuladores, de hombres de negro que van y que vienen. Tiempos en los que el
pelo que se cae no vuelve a crecer. Es para estar preocupado. Pero ahí están
las señales escondiendo un mensaje al que aferrarnos para mantenernos a flote y
no hundirnos.
Hace sol. En la puerta del supermercado
está sentado un negro en una silla de playa debajo de una sombrilla. Desprende
la tranquilidad del que tiene una misión muy importante y todo el tiempo del
mundo para cumplirla. ¿Es ésta una señal?. Un hombre con traje y corbata tantea
sin guantes los tomates que va cenar esta noche solo (sólo coge dos tomates) y al
verle me cae mal porque uno debería quitarse la corbata ante la comida igual
que se descubre en una iglesia. ¿Es ésa una señal?. No hay truco y los botes de
maíz que pesan menos son también más baratos. ¿Acaso una señal?. En la cola del
supermercado una veinteañera vestida para ir al gimnasio enseña en su escote un
castillo hinchable en el que podrían saltar todos los niños de un cumpleaños y
quedarse alguno atrapado. ¿Son ésas unas señales?. Me he dejado el móvil en el
coche así que me entretengo viendo que en la fila del castillo hinchable todo
son mujeres. Doce y una niña que sale corriendo y a la que detienen otras
mujeres con una sonrisa ¿Es ésa la señal?. La cajera me da las bolsas que le
pido abiertas con un gesto preciso. Zas, zas, zas. ¿Debo interpretarlo como una
señal?. Sigue haciendo sol.
Qué bien se está de pie mientras
trato de recordar dónde tengo el coche.
Durante un instante, ahí de pie,
con una bolsa a cada lado, me olvido de que el mundo está girando al revés. Lo
siento. Es el sol y la satisfacción vía genes que se siente al llevar comida a
casa. Satisfacción que sería plena si hubiera matado a pedradas a un mamut.
Repaso la lista de los males sin mucha convicción porque también es necesario
tener un momento de tregua, pero me toca ser hombre de mi tiempo así que me
ofrezco para ser el barreño en el que vaciar el aceite usado del sistema. Una
mugre espesa en la que se va disolviendo mi cerebro como una pastilla de jabón
en alquitrán caliente. Desorientación, Apocalipsis, banqueros, hombres de
negro, etc…
Dicen que para encontrar la orientación
perdida hay que levantar la vista. Quizás ahí esté la señal que me guíe. La
levanto, por si acaso. Y , mira, sí. El Universo dice que solo a cien metros.
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