Éxito en la vida
: Supongo que uno de los miedos de una madre es que su hijo no prospere, que
antes de meterse en la jungla se pierda en el primer seto que cruce. Bueno. Yo
también he tenido mis momentos de desconcierto, pero ¿quién va a dudar de mí en
este momento, camino de casa, acompañado por una modelo?
No sólo eso. La modelo está a mi
lado en un vagón de la línea diez. ¡La diez!. Todos los años de la carrera
saltando de la uno a la dos, de la dos a la uno y ahora heme aquí. En la diez.
¿No es esto progresar?
Vaya manera de empezar el viernes.
Éxito.
La modelo tiene pose de modelo y eso
me vale, aunque haya pasado por un montón de manos hoy y las gotas de su piel
ya no sean de agua, sino de sudor. Hay que disculparla porque el suyo es un
trabajo duro : su pasarela es un vagón de la línea diez (¡la diez, mamá, y con
una modelo!), pero vagón al fin y al cabo. Me gusta que abandonen las portadas
de las revistas y se mezclen con los que usamos el metro. Hacen bien porque los
ojos de la superficie la miran, pero aquí abajo la miramos y la admiramos. Si
no es así, el metro no es tu medio.
A la modelo, claro, no le importa nada
que la observe. Qué otra cosa voy a hacer si el vagón está casi vacío. Una
chica con los ojos muy pintados, consultando algo en su móvil. Un tipo con ropa
de deporte sentado en el suelo leyendo.
Mi rendida fascinación por ella
desaparece cuando le pregunto cómo se llama, de qué pueblo son sus padres, si
algún primo suyo ha tirado una gallina desde algún balcón. Este tipo de cosas.
Tal vez resulten un poco raras, pero nunca he hablado con una modelo y no sé si
es lo que procede. Ella me responde lo mismo :
¡Rebajas en H&M!
¿Alguna vez en un aeropuerto te has llevado una
maleta que no era tuya? ¿Te has reído de alguien que se haya
golpeado la nariz contra una puerta de cristal (y después te has acercado a ver qué marca ha dejado)? ¿Le has escondido a un niño su pelota de
plástico en la playa para que deje de molestar? ¿Has tenido que mirar en la
tapa si tu coche era de gasolina o de diésel porque de repente has dudado? ¿Has
llamado a algún número y has preguntado por ti misma?
¡Rebajas en H&M!
¿Crees que la miocentesis es el
nombre de una diosa griega? ¿Has tocado las peras del Mercadona sin guantes
sabiendo que eso es una falta de educación con aquellos que sí nos ponemos
guantes para tocar peras? ¿Ha sonado la última campanada y en tu platito ya no
quedaba ninguna uva? ¿Has admitido frente a alguien con autoridad en el tema
que a ti todos los cafés de la Nespresso te saben igual? ¿Le has dicho al mismo
tipo que no solo eso, sino que no sabes dónde lleva la palabra las dos eses y
que te importa una mierda?
¡Rebajas en H&M!
Llego al último transbordo con algo
de pena. El cuerpo no lo es todo, a pesar de lo bien que le sientan las exclamaciones. Vaya. Podría engañarme y decirme que no me
importa, pero no es así. Tengo que ser sincero conmigo, con ella y con H&M.
Sé que lo nuestro no funcionaría. Qué mierda de escenario para tener que tomar
esta decisión. Ni la chica de los ojos negros ni el lector se dan cuenta de lo
que me cuesta separarme de una modelo con la que no hay comunicación.
Ya esta.
Ahí se queda mi modelo. Yo me siento
un poco desorientado sentimentalmente, pero pronto me centro porque recuerdo
que tengo que pasar la ITV. Bueno, mi coche, no yo.
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