Cien Ferrari en el garaje : Si de mí
dependiera, la publicidad de los Kinépolis se centraría en el tamaño de sus
baños, no en el de las pantallas. La películas actuales decepcionan tanto en las
grandes como en las pequeñas, y Spider-Man 2 no es una excepción: esta vez se enfrenta
contra un malo, el electricista introvertido, que daría más juego en el diván
de la consulta de Gabriel Byrne . Y el plato fuerte de la historia, el
encuentro entre Spider-Man y el rinoceronte de lata (que podría haber tenido su
hueco en el Mago de Oz), se queda para la siguiente película, con lo que se
puede decir que el tráiler de Spider-Man 2 lo es, a su vez, de Spider-Man 3.
Pero los servicios, decía, no
defraudan. Me encanta pasearme por ellos y poder elegir cuál utilizar. Como si
en el garaje tuviera mi colección de Ferrari y pudiera darme el lujo de tener
un aseo, con su correspondiente grifo, para cada día de la semana. Camino
lentamente, atento a los detalles, como si estuviera pasando revista a un
batallón. Hasta la iluminación del techo me gusta. Es posible que incluso se
haya diseñado el lugar para favorecer cierto sonido envolvente que permita
apreciar los matices. Me lavo las manos. Me miro en el espejo. Hay que alargar
un poco más este momento en el que lo que veo en la pantalla del espejo no me
decepciona del todo : el primer Photoshop de la historia ha sido el dinero.
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