El primer anticipo del sábado : Las motos de la pizzería están aparcadas en la
acera, listas para atender los pedidos de la noche del viernes. Como en los
pasatiempos de las revistas, es posible encontrar las diferencias entre ellas
si se presta un poco de atención: en el retrovisor, en la pegatina de la caja
en la que transportan las pizzas, en los arañazos en la chapa. Queda muy poco
para que alguien abra una nevera y descubra que mañana, sin falta, hay que ir a
la compra. Es en ese momento cuando recuerda la pegatina de la puerta y decide
llamar a ese número para que la pizza acuda y asegure la transición entre una
semana que acaba con la nevera vacía y un sábado que seguimos imaginando
repleto de todo aquello que necesitamos.
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