martes, 30 de diciembre de 2014

A unas estaciones de la libertad



A unas estaciones de la libertad : Todos los animales de plástico de la colección que le gusta a Daniel llevan una etiqueta en una de sus patas. Es ancha y resistente, por lo que no es nada fácil arrancarla: hay que tirar con fuerza de ella hasta que se estire lo suficiente como para poder sacarla. Eso es lo primero que hacemos Daniel y yo solemos hacer después de pagar porque tenemos la sensación de que, más que comprar un animal, lo hemos liberado.

Con el guepardo negro, sin embargo, tardamos un poco más. Es una reproducción tan fiel que tememos que, si le quitamos la etiqueta en el Metro, celebre su recuperada libertad saltando sobre la funda de un Kindle, la muñeca de una niña o las botas de una quinceañera. Un poco de paciencia, le decimos, solo son unas cuantas estaciones más. 

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