La lección susurrada
: En “American Express”, un cuento de James Salter que leo hoy, Alan y Frank,
dos viejos amigos que recorren Italia, invitan a Ada, una joven que conocen en
Arezzo, a que se una a ellos.
“La campiña era llana y neblinosa.
Tras ellos dejaban el pasado, vasos sin lavar, toallas en el suelo del cuarto
de baño. En el comedor, Frank advirtió que tenía una pequeña mancha en la
solapa. Intentó quitársela mientras el jefe de camareros rallaba parmesano
fresco en cada plato. Mojó en agua la punta de la servilleta y frotó el
puntito. La mesa estaba próxima a la entrada, visible desde recepción. Eda se
arreglaba un pendiente”
Nosotros vamos a la reunión con la
profesora de Daniel con la intención de callejear un rato por su pasado y
traernos de él algunas cosas que podamos compartir en el futuro. Quizás en un
café de Florencia, donde recordaremos la anécdota que nos van a contar en unos
minutos: Daniel con dolor de cabeza y todos los compañeros hablando en susurros
para no molestarle.
Al salir, una flores blancas
inmóviles, como todavía bajo el influjo de esos susurros.
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