La lluvia alternativa : Poco antes de que empiece la obra, comienza a llover
con fuerza. Las calles por las que voy parecen más estrechas, más oscuras, más
resbaladizas. La luz se refugia en las partes de metal de una bicicleta. Son
pocos los que esperaban esta lluvia y ahora llevan paraguas mientras los demás
se protegen con lo que tienen a mano. Me basta con la capucha. Agradezco la
agitación infantil que provoca el agua en las calles, donde todo sucede más
deprisa y los gestos muestran un borde lúdico. Llego empapado al teatro y con
el tiempo justo. Pero siempre debería ser así. La sala Off en la que vamos a ver
la última función de una obra me parece más grande, más luminosa, más firme.
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