La Liga paralela : Mientras merendamos
en la cafetería, cojo el periódico deportivo para ver las crónicas sobre la
victoria del Madrid ayer contra el Cruz Azul. No presto mucha atención a lo que
encuentro y cuando Daniel después coge el periódico veo que pasa las páginas
muy deprisa, imitándome, como si esa fuera la forma normal de leerlo.
El exceso de información previo y
la obligación de ceñirse a lo que pasó hacen que apenas un par de artículos
tenga interés. La solución estaría en narrar una Liga paralela con encuentros
ficticios de los que no se supiera nada hasta acceder al periódico. Toda esa relajación
del estilo cuando es arrastrada por la máquina de lo sucedido desaparecería al
verse obligado a crear su propia realidad. Las fotografías, las declaraciones
de los jugadores, los partes de la enfermería o los resúmenes del acta arbitral
serían cuidadosamente falsos. Sólo sobrevivirían los buenos escritores,
aquellos que medirían su éxito por la cantidad de comentarios generados.
La idea me parece buena, como todas
las que se te pasan por la cabeza cuando estás protegido por el calor de una
cafetería con un café y un plato con pequeñas palmeras a mano.
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