El invitado sin cubierto : Creo que los muertos no acuden cuando se los convoca
de manera explícita. Hay que evitar los nombres, los brindis, los recuerdos
compartidos. El de la sutileza es el camino, apenas marcado, que más les
permite acercarse a lo que fueron. En el postre, ese hojaldre vuelve a servirse
con la misma naturalidad.
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