Una fachada que proteger : Sobre la
palabra ultramarinos, colocada entre dos grandes cincos, hay un pequeño cartel
que anuncia “liquidación por cierre”. El anuncio, en letras impresas, está
perfectamente centrado: no me cuesta nada imaginarme a alguien subido en una
escalera siguiendo las indicaciones que le dan desde abajo como si estuvieran
montando una exposición en el Reina Sofía. Ese mismo cuidado se percibe en
todos los artículos del escaparate: botellas de agua, cartones de leche o latas
de cerveza expuestos en series para que te fijes en ellos, aunque no vayas a
comprarlos, para descubrir la vida que precede a la utilidad. Sé que en ese escaparate no habrá ni un solo
hueco libre, ninguna señal que vaya anticipando el final. El barco se hundirá
de noche, pero la elegancia ya tiene asegurado un bote salvavidas.
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