Una nueva oportunidad : Ya están
forrados los cuatro últimos libros que quedaban. Es extraño este juego con los
libros de texto : los padres, forrándolos, hacemos todo lo posible porque
perduren, mientras que las editoriales emplean todo su esfuerzo en asegurarse
de que lo de dentro cambie para que haya que renovarlos anualmente, como esas
frutas que se pudren apenas sacadas de la cámara.
Pero de esa lucha no saben nada los
niños. Para ellos lo importante es ver el cuidado que se pone en proteger lo
que se les entrega. Es como seguir el camino hacia atrás con un regalo : se les
enseña y después se envuelve con un papel transparente.
En una esquina del salón, dentro de
una gran bolsa de basura, dejamos los rollos vacíos. En la mesa se acumulan los
libros en los que se une el olor a nuevo con el del plástico. Al margen de sus
temas, lo que percibo es que cada uno de ellos es un intento de corregir
nuestros errores. Es ahora cuando empieza el año que importa.
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