Cuatro dientes
afilados : Por mucho que insista Daniel, no creo que acabemos vaciando la
calabaza para iluminarla por dentro. Eso solo sale bien en las series de Disney,
donde todo, menos los guiones de mierda, es perfecto. Además, a mí la calabaza
me cae bien, con esa recomendación que tiene pegada en la cara : sonríe mucho,
pero enseña, por lo menos, cuatro dientes afilados. Más que suficiente para una
fiesta que se supone sin significado y que me dice más que las oficiales, vacías
como un cráter en la luna.
Tal vez, pasados los días, y cuando
la calabaza empiece a perder consistencia, hagamos trozos con ella con la idea
de preparar una buena crema. No será por un tema gastronómico, sino de puro
conocimiento, para que su mensaje forme parte de mí siguiendo la máxima de que
la letra con cuchara entra.
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