Las migas de
Barrio Sésamo: El plato con los restos de la tarta de cumpleaños está lleno de
migas. En estos días vuelvo a comprobar que una tarta en la que se han soplado
las velas tiene un sabor especial y se conserva mejor. Deberían tomar nota los
pasteleros para incluirlas en su oferta. Levanto el papel de aluminio, corto un
trozo fino y vuelvo a cubrirla.
La lección del Monstruo de las Galletas era
que no puedes comer galletas sin hacer migas, muchas migas. Luego aprendes que
también lo llaman entropía y aunque el tema es para tomárselo en serio, ya no
puedes abandonar el aire lúdico de las migas de Barrio Sésamo. ¡Las migas son
divertidas, el orden se desvanece, pero donde hay migas hay alegría!
Levanto de nuevo el papel y corto
otro trozo más fino que el anterior. Ya podemos enfrentarnos la tarde y yo.
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