La tregua del
marcapáginas : Al salir del trabajo, me gusta que ya sea de noche y que llueva
porque eso equilibra el día dentro de la oficina con lo que hay fuera. Las
mismas reglas para todos. Y todavía me queda suficiente energía para
enfrentarme al escenario sin que me afecte al humor, lo que me permite fijarme en cómo atraviesan las gotas el haz de
luz de un foco en el garaje mientras sube la barrera.
No añoro ni el calor ni el buen
tiempo. Frente a la larga exigencia de una tarde de sol que nada parece calmar,
la tregua que ofrece un tiempo así, donde basta con un libro de Tizón para llenar,
como el aire en un globo, las horas que quedan.
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