La cola de la novia: Por todas partes de
la casa hay lápices y gomas de borrar. Los lápices son lo último en desaparecer cuando
pedimos orden y los primeros en regresar en cuanto dejamos de ponernos
estrictos. No me parece mal porque la inspiración pasa rápidamente, como una
novia buscando un artista con el que casarse, y a veces la única forma de
detenerla es coger un lápiz afilado y atrapar su cola entre la punta y el
papel. Si se quiere reaccionar con un ordenador o una tableta siempre es tarde.
A veces estamos viendo la
televisión dócilmente, sin esperar nada, y Daniel se levanta.
-Voy a dibujar algo.
Pero cuando miro alrededor ya no
hay ningún rastro de esa cola alejándose como una ola volviendo al mar. Lo que
ha pasado sólo lo ha visto él, que se va decidido a por uno de esos lápices.
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