La extensión de la frontera: Todo el tiempo que perdí en los atascos provocados
por la construcción de las cuatro torres de la Ciudad Deportiva (y fue mucho)
me parece bien empleado ahora. Desde uno de los pueblos de los alrededores de
Madrid reconozco las altas siluetas y tengo la impresión de que la ciudad llega
hasta mis pies. El tamaño de las torres reclama para sí todas estas tierras, así
que no estoy lejos: estoy. Otros opondrán resistencia, pero yo me quedo
encantado porque por ahí andan mi vida, mis recuerdos, los sitios, en fin, en
los que pienso cuando tengo un rato libre.
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