sábado, 7 de junio de 2014

El portero escayolado



El portero escayolado : 1-La voz que anuncia la lista de escritores que firman solo se escucha cuando empiezo a caminar entre las casetas. Cada número parece el del autobús que te lleva directamente al escritor que buscas. El 264, a Lorenzo Silva; el 268 a Maruja Torres; el 275, a Anna Gavalda; el 287, a Pedro J. Ramírez; el 148 a Juan Pablo Fusi; el 309, a Ray Loriga; el 134 a Nieves Herrero; el 328 a Manuel Rivas. Por el momento prefiero empezar a andar a mi aire.

2-La gente mira la lista de las casetas con la misma seria atención con la que busca su nombre en la relación que cuelga en la entrada de los colegios electorales. Y algo de esto ahí porque con cada compra que se le hace a un autor admirado le estás entregando tu voto.

3-Un hombre disfrazado de árbol mueve los brazos lentamente. No sé si es una queja por todo el papel que se ha empleado en publicar los libros que se venden. No hay más pistas. Como es un actor bastante malo (las hojas se han caído de aburrimiento), su reproche, en el caso de que lo sea, se queda en algo inofensivo.

4-En la caseta de Mario Vaquerizo, la 247, se agolpa la gente con los móviles levantados sin que pueda ver nada. Al lado, en la 246, Andrés Neumann, solo, mira divertido hacia la muchedumbre.

5-Gracias a esas grandes colas que buscan las firmas famosas, es posible descubrir a algún buen escritor al que te acercas porque está solo, absolutamente solo. Como el que se va de viaje a un sitio desconocido porque en ese vuelo no hay nadie esperando para facturar las maletas. El año pasado así estaba Jabois, como si nada. Doy gracias, pues, a esas grandes colas.

6-Esta vez solo busco dos libros de Juan Tallón. Hay que centrarse, lo dicen en todos los manuales. La dispersión no es nada buena. Su peculiar campaña de marketing en twitter, su blog y los enlaces a sus artículos en El Progreso, han funcionado.

7-Una mujer le dice a su pareja que todos los libros se los descarga en el Kindle. El marido, molesto, se lo reprocha. No sé si le molesta el que los piratee o el que lo diga aquí, entre todos los que venimos a gastarnos el dinero para crear esta ambiente que la mujer del Kindle viene a disfrutar la tarde del sábado.

8-Hay escritores que encuentro ya mayores. Su imagen ha envejecido en mi cabeza a un ritmo más lento que el real.

9-Cuando veo un cartel con un nombre y debajo no está el escritor, me siento un poco estafado, como me pasa con la nutria del acuario de Gijón, a la que todavía no hemos podido ver. No influye el que no conozca de nada al escritor.

10-El infierno debe ser trabajar en una caseta de publicaciones oficiales y atender a los que se acercan a preguntar un tema muy específico al que llevan dándole vueltas desde la anterior Feria del Libro.

11-Encuentro los libros de Tallón, pero él no está para firmarlos. Algún día el proceso debería ser al revés : los lectores en las casetas, sentados, viendo a los autores caminar por el centro de un extremo al otro y el encontrar al que queremos, como a los platos en las cintas de los restaurantes japoneses, poder hacerles un gesto para que se acerquen, saquen un libro de su bolsa, y te lo tiendan para firmarlo.

12-El diseño del cartel de la Feria de este año es una mierda.

13-La Feria del Libro empezó a ser peligrosa cuando comenzaron a aceptar la tarjeta en todos los puestos.

14-Uno de los grandes placeres de ir a la Feria del Libro es salir de ella y volver a caminar a tu ritmo.

15-Empiezo “Manual de fútbol” en el metro, de vuelta a casa. Estoy tan cómodo leyendo que me planteo la posibilidad de acercarme a la cabina del conductor, dar unos cuantos golpes y, educadamente, pedirle que vaya más despacio.

16-En un transbordo recibo un mensaje diciéndome que debo ir pronto a casa, que Daniel se ha hecho daño en la muñeca al parar un balón.

17-La doctora de urgencias me avisa para que ella, Daniel y yo, veamos la radiografía y lleguemos a un acuerdo sobre lo que vemos. Como si fuera un buen momento para dar una clase. Con un bolígrafo señala los huesos de la muñeca y dice sus nombres. Un conjunto de islas en el que desembarcar. Parece que solo es una inflamación, pero entonces hace un círculo con el dedo alrededor de un hilillo en el radio. Cambia de radiografía y en la que se ve el lateral de la mano puede apreciarse que el hueso tiene una fisura. Daniel no deja de hacer preguntas sobre lo que ve.

18-La doctora que escayola a Daniel le da unas cuantas recomendaciones. Nos dice que ese tipo de lesión es bastante frecuente. ¿Te tiraron el balón con mucha fuerza?

19-Lo que se ha roto es nuestro plan de bañarnos en la piscina, que no podremos utilizar durante unas cuatro semanas. Podría ser razón suficiente para distanciarse del fútbol, pero el libro de Tallón provoca un movimiento opuesto.

20-Busco un capítulo específico sobre las lesiones, la historia de algún portero que jugara escayolado, pero no aparece. Quizás para el próximo libro.

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