Tres entremeses yudokas : Sigo pensando
que el yudo es un deporte emparentado con el teatro. No se ve violencia, sino
la representación de la violencia, con lo que es posible que el combate, en el
que los luchadores serían actores, se celebre pensando en el público.
Esta idea se refuerza cuando en el
acto en el que hoy entregan los cinturones amarillos, como cierre del año, nos
ofrecen tres pequeñas obras con yudokas como protagonistas. En una, un yudoka
virtuoso consigue hacerse con una espada atrapada en una roca; en la segunda,
un ladrón que se lleva las chuches de una fiesta pierde la lucha con un yudoka
experimentado; en la tercera, otro ladrón le roba el juguete a una niña sin
poder escapar porque un hábil yudoka le cierra el paso.
La combinación de judo y teatro me
parece perfecta y cuando Daniel se acerca sudando, no sé si felicitarle como yudoka
o como actor. La misma confusión que me provoca el Príncipe de Asturias que se
concede hoy : dudo entre alegrarme por el gran John Banville de “El mar” o por
el sugerente Benjamin Black del doctor Quirke.
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