Formas de llover :
En unos minutos, el cielo se oscurece con unas nubes que dejan caer una lluvia
violenta que golpea la superficie de la piscina, como si le reprocharan a esa
agua que la llena haberse dejado domesticar por el cloro, por las pieles cubiertas de crema solar, por los brazos con flotadores de colores y aspiraran a
recuperarla recordándole lo que es. La piscina llevaba cerrada un par de horas
y estaba reflejando, con una perfección de mayordomo, las primeras luces de la
tarde.
Dan ganas de ponerse el bañador y
meterse en la piscina para dejar de ser ese nadador educado que mantiene la
línea recta en la cabeza mientras hace largos.
Pero no todas las gotas llevan esa
fuerza. Las hay que se agarran a los objetos y se deslizan sin prisas,
celebrando la superficie que tiene debajo: si caen sobre la barandilla de la
terraza, se van haciendo más grandes debajo de ella, poco a poco, hasta que,
como si fueran de aceite, saltan, mostrando lo que de sensual puede tener la
gravedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario