martes, 17 de septiembre de 2013

El camino hacia la literatura se hace a lápiz




El camino hacia la literatura se hace a lápiz : Después me voy al cuarto de Lucía y le ofrezco contarle un cuento. Lo normal (la excepción tuvo un día y una hora) es que me diga que no. Podría darle un beso y no preguntárselo, pero con los mellizos me siento en la obligación de repetir todo dos veces. Dos veces. No hacerlo sería caer en alguna clase de favoritismo que podrían echarme en cara dentro de veinte años, cuando tenga una edad en la que ya dispondré de suficientes cosas que reprocharme yo solo.

La negativa de hoy le da más valor a aquella excepción.

No deja de escribir en un pequeño cuaderno mientras niega con la cabeza. Utiliza un lápiz con el que traza una caligrafía que ni tuve ni tendré (esto también me lo reprocharé). Con la izquierda tapa lo que escribe con la derecha.

-¿Qué?

Nada. Nada. Ni una pista de lo que escribe. Puede ser la lista de cosas que ella no hará cuando llegue la hora de contarles los cuentos a sus hijos. O puede ser un diario. O una de esas series con las que le gusta llenar los cuadernos. En cualquier caso, algo que merezca el esfuerzo que se toma en escribir. Si a los demás nos dieran un lápiz cada vez que nos entran las ganas de contarle algo al mundo, la producción sería menor, la calidad más alta y, sin duda, en los blogs no se escribiría con la impunidad con la que yo lo hago. Algo que, sinceramente, espero no reprocharme en el futuro. 

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