El
oráculo al final de la escalera : Hay una ventana estrecha, construida al final
de la escalera que sube del garaje, de la que cae una fina franja de luz, como
el chorro de agua que refresca pero no quita la sed. Pero no parece estar ahí
para eso. Cuando la veo, en el momento en el que la mañana se ha asentado, no
es solo la indicación del tiempo que hará, sino la primera valoración de
cómo va a ser el día.
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