Solo se nos
ocurren nombres de perros: Como todos los globos del paquete estaban pegados, conforme
los íbamos arrancando, como lonchas negras de plástico, se nos iban poniendo
manos de forense. Esta vez la match ball de los productos chinos había caído del
lado malo, qué le íbamos a hacer.
Solo pudimos salvar tres, que
inflamos rápidamente para traerlos al lado de los productos vivos. Unos golpes
de aire precisos, violentos, rítmicos, muy de cine, con los que conseguimos que
el corazón que todo globo tiene latiera un poco.
Para que aguantaran más, no los
atamos en las cuerdas que teníamos preparadas para ellos. Los dejamos en el
sillón, con cuidado, que nos pareció un lugar especialmente apropiado al ver los gatos que tenían dibujados. Tenían que haber contribuido a crear un
ambiente de siniestra alegría, pero se quedaron como cojines en reposo.
Sé que tenemos que ponerles nombres a los
gatos antes de que pierdan todo el aire. Pasa otro día y hoy vuelvo a decírmelo
: sé que tenemos que ponerles nombres a los gatos antes de que pierdan todo el aire.
La cosa está difícil.
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