Promesa de invencibilidad : Entre los
dos carriles hay unas plantas dispuestas según cierto orden geométrico que la
falta de cuidado ha ido eliminando, como a una división perfecta a la que le
fueran surgiendo decimales con el paso del tiempo.
No hay nada en ellas que atraiga la
atención salvo en un instante : justo éste en el que los pequeños frutos rojos
que dan se iluminan con el sol al nacer. Pruébame, parecen decir, y serás
invencible. Esa una imagen cuya intensidad apenas dura unos segundos porque
nunca la he visto así. La radio. El atasco. Esa sensación de que no vas a
conseguir sintonizar bien el día por mucho que te esfuerces. Ése deberías. La
radio. Antes de que el sol se eleve un poco más, insisten, ¡venga!
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