El cromo más perseguido : Con diez años
piensas que serías feliz si tuvieras el dinero de un adulto para poder
gastártelo en cromos. Con cuarenta y cinco años piensas que serías feliz si compartieras
la ilusión con la que un niño de diez abre los sobres. Como el fabricante sabe
que necesita de la alianza del padre y del hijo para que las colecciones salgan
adelante, siempre crea unos cuantos cromos especiales y difíciles de encontrar
para que el padre se lo tome como algo personal y el hijo reciba una
financiación extra para perseguirlos: ese tipo de cromos en el que los dos coinciden
en la edad. Daniel y yo no tardamos en identificarlos en la colección de
animales de este año.
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