Un pantalón no es suficiente : Pasamos
la tarde de compras. Apenas nos lleva unos minutos encontrar unas gafas de
natación para Lucia. Con los pantalones del uniforme de Daniel se
nos va más tiempo porque su talla cuesta cuatro euros más que las demás.
Repasamos todas las etiquetas de la talla para asegurarnos de que no ha sido un
error aislado. María se enfada, pero yo lo veo lógico : debe ser la talla de
los que están en la edad de destrozar más pantalones, lo que hace que las
madres se los lleven de dos en dos. Algún programa de análisis de datos lo
habrá descubierto y desde ese punto el camino hacia la subida de cuatro euros es
tan corto que entiendo que no les haya costado nada recorrerlo.
También se puede ver la parte
positiva : si no nos hubiéramos detenido tanto tiempo con los pantalones, no
habríamos salido al aparcamiento en el momento preciso del atardecer, con el
sol poniéndose y las primeras luces de los focos encendiéndose. Un espectáculo
por el que no me importa haber pagado cuatro euros de más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario