El escondrijo del cangrejo : Es fácil
que cuando el día se emplea en tapar agujeros del pasado o en prevenir lo que vendrá
en el futuro, no quede un hueco para ni para el presente más básico, el de
indicativo.
Para evitar una situación así, lo
recomendable es comprarse un par de redes atadas a un junco en una tienda de
chinos. Nada que vayamos a dejar a nuestros nietos. Con que aguanten un par de
semanas, es suficiente.
Después hay que vigilar la marea
para que se quede en el punto exacto, ése en el que ha cubierto las piedras del
final de la playa pero deja libre la zona de arena que lleva a ellas.
Con la red en la mano izquierda,
vamos levantando las piedras con la otra. El presente toma la forma de ese
cangrejo pequeño que, descubierto, se mete debajo de otra piedra que también levantamos
hasta que acaba en la red.
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