La
plaza de la cárcel : Al ver las zapatillas secándose al sol (después de girar en la
lavadora, como un hámster en su rueda), recuerdo una recomendación de Chejov
para escribir : Unos buenos zapatos (No ahorrar en las botas). El consejo lo
saca Pietro Brunuello de una carta de Chejov a María Chéjova entre el 14-17
Mayo de 1890
“Partimos… Barro, lluvia, un viento
furioso, frío…y botas de fieltro en los pies. ¿Sabes lo que son unas botas de
fieltro cuando están empapadas? Parecen unos zapatos hechos de gelatina : van
de un lado para otro”
Tengo el libro “Unos buenos zapatos
y un cuaderno de notas : Cómo hacer un reportaje” entre otros de Chejov. No lo
he abierto nunca. Miro la segunda recomendación : Un cuaderno de notas (Tener
siempre un cuadernillo en el que anotar datos, observaciones, modos de decir, y
en el que transcribir declaraciones y eventuales entrevistas)
Los consejos que voy leyendo son
obvios y se pueden resumir en unos versos de Carver, de su poema “Ondas de
radio”, dedicado a Antonio Machado.
“Hoy
me llevé tu libro cuando fui a dar
un
paseo. “Presta atención”, dijiste,
cuando
alguien se preguntó qué hacer con su vida”
Pero hay algo más. Es eso que hay
entre la recomendación “Usa el oído” y el texto :
“Cuando se atraviesa la plaza, la
fantasía te hace oír los rumores de una animada feria, las voces de los gitanos
de Uskovo comerciando con caballos; te parece sentir el olor de la brea, del estiércol
y del pescado ahumado; escuchar los mugidos de las vacas y los estridentes
sonidos del acordeón mezclándose con las canciones delos borrachos. Pero ese
pacífico cuadro se esfuma cuando de pronto escuchas el odioso tintineo de las
cadenas y los pasos sordos de los presos y de los guardias de la escolta, que
atraviesan la plaza en dirección a la cárcel”
El camino hasta llegar a un párrafo como éste es largo. Veo las zapatillas limpias: me parecen un buen punto de partida.
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