Racimos en espera
: En los campos quedan las
últimas balas de paja para que apures las fotos. Parecen puestas con cuidado
: para el de fuero, la agricultura es algo básicamente estético.
Para el que sabe leerlo, el panorama es un mapa de las subvenciones que permite
saber cuáles han sido las directrices que han desfilado por los despachos de
Bruselas con la colección para esta temporada. Si no llegas a tanto, puedes
acudir a algún bar del pueblo para que alguien te explique cómo, moviendo los
cultivos con dedos de trilero, los bolsillos se van llenando. Lo hacen con el
orgullo del que sabe cómo funcionan las cosas y puede aprovecharse de ellas. Yo
escucho los primeros pasos y luego desconecto por una suerte de cansancio moral,
por sentir que en algunos temas seguimos sin movernos del sitio.
En
la superficie, pues, las balas de paja. Hago una fotos con las que me despido
del verano porque la misma semana que empiezan los colegios, los camiones recogen
las balas y las apilan en sus remolques, con cierto aire de última función. Es ya
inminente el mes en el que los días se hacen más cortos, las distancias, por
culpa de los colegios, más largas y en el que nuevos programas te ofrecen la
misma televisión.
Tampoco
nos vamos a poner tristes, porque se acerca el momento de la vendimia con su
mensaje : que todo fermente.
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