Si es bueno para tu hámster : Es
cierto, poniéndonos quisquillosos, que en la bolsa pone comida para hámsters y aparece la foto de un hámster. Pero las cosas hay que interpretarlas en su contexto :
son las ocho y media, estoy cansado y la cena no está lista, ni en proceso, ni
en proyecto. Nada. Voy abriendo los armarios con la esperanza de encontrar inspiración,
sin mucha fe. Veo ingredientes, pero ninguna receta. Se me ocurrirían más ideas
en una ferretería.
María ha terminado sus tareas : el
baño, el repaso de los temas, la comprobación de los ejercicios, la preparación
de las mochilas para mañana. Los mellizos se acercan por el pasillo y no estoy
preparado : soy el relevista que se agacha para atarse los cordones justo cuando
le van a pasar el testigo.
Otro detalle importante para el
contexto es que Bernie, nuestra mascota, disfruta de buena salud. No sé cuál es
la manera objetiva de medir la salud de un hámster, por lo que echo mano del
método que aprendí en “Léolo”. Si cagas bien, estás como un toro, decía el
padre del bueno de Leo Lozone mientras les obligaba a tomarse una pastilla para
estimular la danza del vientre. Yo me asomo a la jaula de Bernie y voy contando
esas pequeñas pastillas marrones que va dejando aquí y allá. Hay todas las que quieras. En eso, conviene aceptarlo, los hámsters son superiores a nosotros. Todas sus deposiciones son
iguales, compactas. Numerosas.
Los mellizos están a punto de
asomarse a la cocina. Podría coger un cuenco y servirles de la bolsa de Bernie.
Con cereales. Con Fibra y Minerales. Con Semillas Oleaginosas. Con Pienso
Vitamínico. Una comida que, leo, les ayuda a mantener sus dientes sanos y les
permite tener un pelo brillante y sedoso. ¿Si la ONU recomienda comer insectos,
por qué no adelantarme y proponer este menú?
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