La primera frase a bolígrafo : A Lucía
le entregan hoy el bolígrafo en el colegio para que empiece ya a usarlo en
todas las asignaturas menos en inglés. Un auténtico rito de paso que habría que
celebrar de verdad si no se nos hubiera quedado atrofiada la capacidad de
reconocerlos a fuerza de limitarnos a seguir los que nos mandan.
Con un bolígrafo en la mano el
tiempo que transcurre entre lo que se piensa y lo que se escribe crece. Ya no
va a acudir la goma de borrar a solucionar los errores. A cambio de ese
esfuerzo, lo que se deja en la hoja adquiere la presencia de lo que va a durar,
de la que obtiene su importancia. El mensaje es: ya estáis listos para empezar
a tatuar al tiempo.
En la hoja que me enseña Lucía veo
que las mayúsculas siguen estando en color rojo, lo que me parece una buena
costumbre, recordando a esos libros medievales en los que el cuidado en el
detalle de la primera letra ya advertía de la importancia del texto que seguía
después. Y lo que han escrito aquí es relevante. Es una relación de consejos.
El primero : “Eres alguien muy importante, quiérete”.
Si ésta hubiera sido una colección
de frases a lápiz, es posible que la primera hubiera hecho referencia al
hecho de compartir, o al deseo de paz, o a la necesidad de vernos todos como
hermanos. O qué sé yo. Pero ya estamos en el mundo del bolígrafo, donde hay que
tratar de dejarse de tonterías, y no me parece nada mal que su entrada se haga
con esta frase. Afortunadamente, alguien sí sabía que esta hoja era un rito de
paso.
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