La visita de la escritora : Me dice
Daniel que la escritora que ha ido hoy a su clase a charlar con ellos era
mayor. Abre la portada para que vea la dedicatoria que le ha escrito. “Para
Daniel con cariño”, M. Terzi. El libro se titula “Un problema con patas” y no
sé de qué va.
Me digo que no estaría mal leerlo y después comentarlo con Daniel, pero no creo que encuentre un
rato. Bastante me está costando sacar unos minutos para seguir con “Las puertas
de la noche”, de Gándara, donde abundan los párrafos que subrayo. Por ejemplo,
éste de la página 203 que leo antes de desayunar.
“Hacemos y tras lo hecho confiamos en que se
despegue la creación. Los actos humanos se deben a su progenie: la poesía que
hablará de ellos como los hijos hablarán de los padres, los discípulos del
maestro, las ciudades de sus habitantes, los hombres de sus dioses, el amante
al amado. Necesitamos ser cantados porque necesitamos esa confirmación exterior
de que hemos merecido este tiempo frágil y limitado, y eso es todo lo que
necesitamos”
Fantaseo
con cambiarme un día por Terzi y someterme a las dudas de un grupo de niños
lectores. Debe ser una buena experiencia y para imaginármelo mejor le hago unas
cuantas preguntas a Daniel que contesta con frases cortas porque ya está
cansado y en un mundo en el que todos los días se aprende algo, la figura de un
escritor tampoco resulta tan sorprendente.
Pero esa indiferencia hacia lo
escrito cambiará cuando, después de todo un día, vuelva al mismo párrafo que leyó por la mañana con la casa en silencio, como si lo ocurrido en medio fuera un intervalo prescindible.
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