Sushi para boxeadores : Las películas del estudio Ghibli son las únicas
que consiguen poner de acuerdo a Lucía y Daniel. Con las demás no sirven las
técnicas de negociación, ni los chantajes ni los razonamientos: los dos son
boxeadores que se quedan sentados en sus esquinas , tan seguros de ganar el
combate que ni siquiera se levantan. Iron Man 3 Vs El mago de Oz.
Hoy vemos “Ponyo en el acantilado”
y de nuevo tengo la impresión de que, aunque me esfuerce desde el principio,
siempre hay algo importante en la historia que se me pasa por alto. Sigo las
manos de Hayao Miyazaki y cuando me doy cuenta ya ha hecho su truco y en la
pantalla están los créditos finales. No hay duda de que es más rápido que yo.
Me consuelo pensando que es posible este guionista de setenta y tres años haya
ido dejando diferentes mensajes para que se vayan descubriéndolos al cumplir años,
a la manera de esos testamentos que solo se abren en una determinada fecha.
Por la noche volvemos a coincidir,
esta vez en lo que queremos para cenar. A Miyazaki le gustaría saber que
gracias a su película hoy no hay ni
rastro del ring y que todo va encajando con naturalidad en una tarde
lluviosa en la que era fácil que el mal humor acabara apareciendo. Lo que tal
vez sí vería con sorpresa es que lo que pedimos para cenar es sushi. Como
comerse un estofado de ciervo después de ver Bambi.
El motorista nos lo trae a casa y
no esperamos a colocar todo en los platos. Nos lo comemos en las bandejas, sin
pelearnos por la distribución, como si todos viéramos las mismas
líneas imaginarias dividiendo las porciones. En ese ambiente de tranquilidad
estoy a punto de comentar la conexión con la película, pero me callo porque
ahora que los boxeadores se han quitado los guantes para coger los palillos es
mejor dejar las cosas así.
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