viernes, 11 de septiembre de 2015

La plenitud de los objetos



La plenitud de los objetos : Tenemos unos nuevos vasos con un cristal muy fino que se han convertido en mis preferidos para beber agua. Me gusta sentir en los labios su borde trazando una delicada porción de circunferencia: el agua parece un producto de la geometría, más pura.  Para el café, por el contrario, prefiero una taza de paredes gruesas y borde bien marcado que conservo desde hace muchos años. En este caso, el café es secundario. Necesito la contundencia de su presencia. Cuando el café se acaba sigue haciéndome compañía. Hay objetos que, más allá de su uso, están ahí para apuntalar el momento.

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