lunes, 31 de diciembre de 2012

Las dudas del saltador de pértiga




Las dudas del saltador de pértiga : La tarta desmonta el dos mil trece al colocarlo sobre una base que recuerda a esas grandes colchonetas que reciben al saltador de pértiga : superes o no la barra, podrás caer tranquilo, que siempre habrá una mesa como ésta rodeada por gente que amortiguará el golpe para que te pongas en pie y vuelvas a intentarlo.

Se reparte en pequeños trozos que nos comemos entre elogios al cocinero. Al terminar nos reincorporamos al ritmo de la televisión, a la espera de esas campanadas que suenan como salvas.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Un vistazo al foso




Un vistazo al foso : Leo en "Imaginar", de Jonah Lehrer, que Dylan, cansado de la música, se retira a Woodstock decidido a escribir una novela. Y es entonces cuando, sin buscarlo, compone “Like a Rolling Stone”. Otros encontraron la vía de otra forma : Auden, antes de sentarse a escribir, se tomaba una pastilla de Bencedrina, droga a la que también eran adictos Graham Greene, James Agee, Philip K. Dick o Jack Kerouac, que escribió “En el camino”, empapado de ella, en tres semanas. Robert Louis Stevenson, añade Lehrer, terminó “El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde en seis días, hasta arriba de cocaína.

Pienso en esto no por el método utilizado por cada uno, sino por la evidencia de que antes de conseguir su objetivo (ya sea un tema musical o el papel de celo) el creador ha tenido que dar muchas vueltas por su foso particular. Nada de valor surge sin ese proceso y desconocerlo limita la percepción de lo que tenemos delante.

Los niños que actúan esta mañana en la obra infantil hacen todo a la perfección, pero más que el resultado final, me gustaría saber cómo han sido todas esas mañanas de sábado de ensayos, cómo se organizaban, cómo controlaba la directora a todos estos niños que se contagiaban por los pasillos, los escenarios y los camerinos de este teatro las ganas de jugar y de pasárselo bien. Con esta información, el disfrute de la obra habría sido mayor.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Salto de aguja



Salto de aguja : La mirada va pasando por la realidad como una aguja sobre los surcos de un disco en el que estuviera grabada una conversación tras una puerta. Una conversación sin mucho interés que a veces no compensa el esfuerzo por distinguir sus palabras. Entonces surge la imperfección que provoca el salto de aguja y hace consciente la mirada, el objeto, y ese discurso que uno iba manteniendo consigo mismo y que por un instante se detiene para abrir la puerta y asomarse.

viernes, 28 de diciembre de 2012

El tipo que trata de arruinarte la vida




El tipo que trata de arruinarte la vida : El libro como callejero, señalando la dirección en la que vive el tipo que trata de arruinarte la vida :

“El deseo de hacer algo que sea bello, de expresar nuestras sensaciones luminosas, no es un infrecuente hecho dinámico que esté reservado a los que tienen una formación como artistas. El mismo deseo se halla presente en los biólogos celulares y en los corredores de bolsa, en conserjes y entre las amas de casa. No nos fijamos en esta necesidad porque la borramos a todas horas, porque los tímidos circuitos de la corteza cerebral prefrontal nos guardan de toda autoexpresión arriesgada”

“Imaginar” – Jonah Lehrer - (Página 152)

Librarse de él no es fácil, pero lo que aparece después es el enfrentamiento con uno mismo a través del pensamiento divergente y del convergente. De la epifanía que espera en el hemisferio derecho a la atención que pule y pule, desocultando el objeto, desde su puesto en la memoria funcional. De la fotografía a la escritura. De la cámara al teclado.

A ambos lados del camino está el barranco : “En la necesaria interacción de estos modos creativos diferentes – el alborozo de la visión repentina de una idea o una solución, y la melancolía de la desocultación – encontramos una primera explicación de por qué el trastorno bipolar, una enfermedad psiquiátrica cuyos aquejados oscilan entre una tristeza tremenda y una euforia extrema, se halla tan estrechamente relacionado con la creatividad”.

A pesar de definir el peligro, entender las reglas del juego tranquiliza. La precisión de las referencias hace que sea más consciente. Básicamente, que sea más, a secas. Cierro el libro. Por hoy no necesito seguir leyendo. Que la mezcla repose.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Superson




Superson : Voy camino del metro, cargado con bolsas de libros. Me gusta sentir su peso : un kilo de libros pesa menos que cualquier otro kilo. Ha sido una mañana de librerías, en la que he seguido, punto por punto, ese recorrido que es la respuesta que me doy al “¿dónde te gustaría estar ahora?” que a veces me hago. Topbooks, Tipos Infames. La casa del Libro, FNAC, La Central. Cada tienda distinta, pero con su función : no puedes tener equipos solo con delanteros. Este peso es para mí parte de la Navidad. La Navidad no puede ser digital.

En la mano izquierda llevo un roscón de reyes relleno de nata de la pastelería San Onofre. Lo llevo con cuidado, como las azafatas de los Juegos Olímpicos que avanzan con los cojines que portan las medallas. La medalla de oro de los roscones. Digamos que en la mano derecha llevo las correas de perros adultos y en la izquierda al cachorro que se asusta por todo. La ausencia de peso en la mano izquierda equilibra el de la derecha. Así es. Esa ligereza del roscón, repleta de calorías, también es parte de la Navidad. La Navidad no puede ser light.

Subo por Fuencarral, entre tiendas abiertas y gente como yo, contenta de seguir su propio recorrido. En una pared veo una combinación de imágenes : el Cristo con bolsas de Banksy y el anuncio del Supersonic, con una mujer tumbada que se tapa los pechos. Junto al Cristo han escrito “Unos toman pan mientras otros comen mazapán”. No saben que Banksy es un autor mudo. Añadirle texto es empujar el significado por el barranco, dejando que esa queja contra la Navidad se quede en el simpático esfuerzo del niño que no llega al tarro de las galletas y que uno prefiera centrarse en la chica del Superson(ic). También ese lamento es Navidad. La Navidad necesita de enemigos como yo.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Espejo de piedra




Espejo de piedra : El muro en blanco es el espejo perfecto en el que el árbol se observa para que su sombra, como un eco silencioso, le devuelva su verdadero tamaño. Alguna rama parece acercarse a la pared, como un dedo desnudo que quisiera tocarla.  

El sol llega frío, reservándose para mañanas que sienta suyas. Como no transmite la urgencia del calor, puedo permanecer quieto de pie sin pensar en qué hacer a continuación. Podría dar unos pasos y buscar mi sombra sobre el muro.

martes, 25 de diciembre de 2012

Aire y agua




Aire y agua : Vamos a la gasolinera del pueblo sin saber si estará abierta. Tenemos nuestras dudas porque se rige por un horario particular, más de campo, y a estas horas todos los tractores están encerrados. Necesitamos una lata de aceite para un coche que ya tiene la señal encendida : desde hace poco, para la hija; desde hace mucho, para el padre. Tenemos suerte. En el pequeño cuarto del operario hay luz. Una mesa, una pequeña televisión y unas bolsas de patatas colgadas de la pared.

Dice Cartier-Bresson : “To take photographs means to recognize – simultaneously and within a fraction of a second – both the fact itself and the rigorous organization of visually perceived forms that give it meaning. It is putting one´s head, one´s eye, and one´s heart on the same axis”

Si no me hubiera animado a acompañar a los otros tres, si no me hubiera sentado en el asiento de detrás, si no hubiera mirado a la derecha. 

lunes, 24 de diciembre de 2012

La casa abandonada




La casa abandonada : En Navidades conviene darse un paseo entre reunión familiar y reunión familiar, como el que se toma una tila para calmar un estómago que salta de comida en comida. A esta hora de la mañana no hay nadie por el camino : ni esos perros a los que una vez no esperé para comprobar si los que ladran no muerden, ni ciclistas de ciudad marcando con sus bicicletas la única línea que hay que seguir para ser un tipo sano, muy sano, tremendamente sano.

Es un buen contraste mezclar este paisaje en tierra viva con la voz de Norah Jones.

Empieza "Rosie´s Lullaby" cuando llego junto a la casa abandonada. A pesar de tener el techo derruido, las ventanas sin cristales o las plantas creciendo en el suelo de las habitaciones, hay dos elementos que evitan la derrota, alejando lo definitivo. Una es la sombra del gran árbol que cubre la fachada, protegiéndola. Otro, son los gatos que a veces veo en los marcos de las ventanas : con los ojos cerrados al sol y la cola caída sobre la pared mantienen caliente cierto rescoldo de lo doméstico, como si esta noche de regalos también pudieran recibir los suyos.

Es uno de mis puntos favoritos del paseo.

En la tierra que la rodea, asoman miles de pequeños tallos verdes en los que ya se anuncia, en pleno diciembre, la primavera.

Sigo el paseo con "Not too late".

domingo, 23 de diciembre de 2012

La tierra roja



La tierra roja : En un extremo del camino, una mujer mayor está sentada en el borde de un banco. Permanece quieta, los brazos pegados al cuerpo, las manos sobre las piernas y la cabeza ligeramente caída, como si huyera de un gran problema y supiera que es cuestión de tiempo que la encuentre.

En el otro, un hombre, sentado junto a una construcción con tres cruces, habla por el móvil. Lo sujeta con una mano grande, que lo oculta. Con la otra no para de gesticular, como si empujara todas las palabras que salen de su boca para que no se dispersen, como los perros que rodean, un poco más lejos, un rebaño de ovejas.

La última de las ovejas cojea. Lleva su pata delantera derecha doblada.

A un lado del camino la tierra es gris. Al otro, donde es roja, un tractor la va removiendo. La tierra se abre, renovada. Cada surco parece una línea en un párrafo. 

sábado, 22 de diciembre de 2012

Armisticio



Armisticio : El cielo no está cubierto, así que las gotas que se ven, de las que se ha evaporado cualquier amenaza, sirven para imaginarse todas las que las precedieron durante la noche. Con éstas se ha escrito el armisticio que ha permitido que la mañana se extienda tranquilamente sobre todos los objetos, sobre todos nosotros.

viernes, 21 de diciembre de 2012

¡Stock!




¡Stock! : El comercial se compromete a entregar el pedido en quince o veinte días : como es la primera operación, hay que adelantar el dinero. Comprobante de la transferencia. A los veinte días te comenta que tiene un problema con el distribuidor, que espera poder decirte algo la semana que viene. Siete días después consulta en la pantalla. Los artículos no están en el almacén de Alemania. No. Es extraño porque no se menciona una posible fecha de entrega. Tal vez con el fabricante. Sí, directamente con el fabricante. Si se encuentra en producción, en cuatro días podríamos recibirlo. Si. Ha tratado de ponerse en contacto con ellos. Japón. La diferencia horaria. Por la mañana o a lo largo del día puede añadir más información. Al día siguiente, después de asegurarte que ha hecho todo lo posible, te anuncia que también hay problemas en la fábrica. Se anula el pedido. Unos días más tarde se recibe la transferencia. Un mes perdido.

La causa principal es que las empresas no pueden tener el dinero inmovilizado en stock porque, básicamente, no hay dinero. Los gastos corrientes mandan.

Tener stock es un lujo.

Por eso cuando esta mañana consulto con un proveedor si tienen artículos disponibles, su respuesta viene entre signos de exclamación. ¡Sí!

jueves, 20 de diciembre de 2012

El cuarto satélite de Júpiter




El cuarto satélite de Júpiter : Me encuentro con un documental en la 2 sobre un proyecto para descubrir si hay vida en Europa, el más pequeño de los cuatro satélites de Júpiter. No es algo que me haya planteado hasta ahora, sobre todo con el tema de la suplencia de Casillas. Me quedo viendo el documental, el mando en la mano, porque el proyecto resulta fascinante : está bien expuesto y las reproducciones por ordenador son magníficas. En cierto modo, se puede decir que ya hemos estado en Europa.

Sale un científico que dice : Es difícil pero podemos hacerlo. Pero en sus ojos ves que realmente quiere decir : complicado de la hostia, pero por mis cojones que lo hacemos. El científico habla con esa tranquilidad de los científicos de la que podríamos aprender mucho. Dejo el mando en la mesa y empiezo a hacer el proyecto mío.

Sale otro científico que anda mosqueado por el color rojo de la superficie. Se dedica a ver qué elementos orgánicos pueden producir un color así. Nos cuenta que ha dado con uno con el que podríamos pintar nuestras paredes de un auténtico “rojo orgánico Europa”. En lo que tú pasas los días preparando el modelo 110, hay gente suelta que realiza cosas interesantes.

Sale un científico de ojos muy, muy pequeños, que niega. Habla de energía por superficie y dice que aquí en la tierra la medida sale bien, pero que lo de Europa, en fin, que a él le gustaría, pero que cree que no. Parece que le diera pena decir algo así, es el tipo de persona que se asoma al salón y dice que no queda más hielo para la fiesta.

Sale un científico que dice que vida, vida, puede aparecer vida, pero que no será lo que pensamos. Pienso en Godzilla y parece que esté negando con la cabeza sabiendo en mi cerebro se pasea el monstruo arrasando Tokyo. Otro tipo de vida, repite. Borro a Godzilla y dejo ese cuadrado de la colección de vida extraterrestre sin cromo.

Sale un científico que enseña lo que parece una pastilla para el lavavajillas. Esta es diferente. Unas cuantas como ésta cubrían una plataforma de la sonda Stardust, que en su recorrido por el espacio se colocó detrás de un cometa y atrapó, en esas pastillas, restos del cometa. Dice que han encontrado glicina, que es uno de los aminoácidos necesarios para que la vida se desarrolle. Lo dice como si nada. Glicina. Vida. Lavavajillas. Aquí, mientras, titulares sobre políticos, reduciendo la realidad a sus andanzas de niños con las manos manchadas de chocolate por los pasillo de una gran mansión.

Cuando Daniel termina de cenar, los científicos ya han dicho lo que tenían que decir y aparece una simulación del diseño creado para buscar vida en Europa. Una nave propulsada por energía nuclear, que, una vez posada sobre el hielo (sin ayuda de paracaídas, porque la atmósfera no lo permite), tendrá que cruzar una capa de hielo de varios kilómetros para soltar, al llegar al océano de agua que hay debajo, un prototipo que tendrá que orientarse en un entorno oscuro, repleto de amenazas

No está nada mal. Daniel quiere saber más, pero es la hora de irse a la cama y tengo que traerle de vuelta a la tierra, a su casa, a su cama. Insiste en que quiere que le deje ver más, pero la hora es la hora. No hay vida en Europa que valga. Acepta resignado y se marcha a la cama llorando.

Ese llanto me reconforta. Debajo de esa capa de hielo que se va acumulando serie tras serie de Disney hay un poco de vida. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

El paseo del joven Van Dyck




El paseo del joven Van Dyck : Son las seis de la tarde y ya está anocheciendo. Hago un poco de tiempo antes de entrar en el colegio. La vista, por inercia, se me va a un panel luminoso en el que normalmente anuncian películas infantiles, coches o campañas de Coca-Cola. Es una gran pantalla que está entre árboles. No me encuentro lo que esperaba, sino un retrato que me mira directamente. Esa es la impresión que tengo en ese momento. La mirada apenas dura unos segundos porque tiene que dejar paso al siguiente anuncio, esta vez, sí, de Coca-Cola, a los que este año les ha dado por defender la palabra “Positividad”. Un par de campañas así y salimos de la crisis. Me quedo de pie esperando a que vuelva a aparecer ese retrato.

Van Dyck, autorretrato en 1615.

Vuelve a desaparecer y vuelvo a esperar.

Van Dyck, autorretrato en 1615. “El joven Van Dyck”. Museo del Prado.

Me gusta el contraste entre la oscuridad que va creciendo, el brillo de la pantalla y ese tranquilo silencio que desprenden los árboles y desde el que Van Dyck mira, como si acabara de hacer un comentario y se girara hacia mí esperando mi respuesta. En el Museo del Prado se encuentra el original, pero es difícil que encontrarme frente a él pueda provocarme una impresión más intensa que ésta. El entorno compensa, sin duda, la falta de calidad. Eso, y, sobre todo, esa sensación de encontrarme con algo que no he buscado, como si hubiera venido hacia mí. Ese debería ser el recorrido de los museos : salir de sí mismos y mezclarse con la realidad. Hay más Hopper en una reproducción en un vagón de metro que va a cocheras que en el cuadro original que se expone entre treinta más.

Van Dyck, autorretrato en 1615. “El joven Van Dyck”. Museo del Prado. 20 de noviembre – 3 de marzo de 2013.

martes, 18 de diciembre de 2012

La Reina de la Barbacoa de Ohio




La Reina de la Barbacoa de Ohio : Sigo las instrucciones de la caja para preparar los sanjacobos. Son muy fáciles, hombre, solo hay que tener un horno y saber leer un reloj. Allá vamos. Mientras se hacen los cuatro sanjacobos pienso en el congelador, que es algo que está en nuestro cerebro desde que vivíamos en las cuevas : si no como realidad, como deseo, que es peor porque aguanta mucho más el paso del tiempo. Cómo habría cambiado nuestra historia si hubiéramos empezado inventando la nevera en vez de la rueda. Cuánto ansiaba el hombre de la caverna la nevera sin saber definir el concepto, pensando en ella mientras pintaba.

-Te ha vuelto a salir otro animal.
-Es que tengo una idea muy vaga de la nevera.

Con más tiempo para el ocio, aprovechados los restos de la caza, nuestros antepasados le habrían dado un buen empujón a la historia del arte y hace varios siglos que habríamos dejado ya atrás las novelas negras suecas y la primera parte de la trilogía de la Guerra de las Galaxias. Todo habrían sido ventajas.

Esa ancestral fijación por la nevera debe ser la razón de que el congelador, el ser-en-sí-mismo-de-la-nevera, siempre esté repleto. Es un homenaje al hombre de Cromañón (y no al de Neandertal, que a pesar de tener mayor capacidad craneal y ser la versión beta, perdió ante el prototipo Vhs del que venimos nosotros) : metemos un paquete de sanjacobos en el congelador como si le pusiéramos unas flores a nuestros antepasados.

Diez minutos después saco los sanjacobos del horno. Lo que veo no se parece nada a lo que anuncia la caja. Nada. Lo que veo es como tener delante una fotografía de la Reina de la Barbacoa de Ohio en bikini hecha sesenta años después de ganar el premio. Lo que veo sólo se lo servirían a los confinados en celdas de aislamiento por sacar ediciones de lujo de los tres primeros episodios de La Guerra de las Galaxias. Quizás ni a ellos. Eso no es comida : es un reproche que recibes en la cara, es un tirón que sientes en la pechera mientras el general te arranca las pocas medallas que te has ganado en ocho años como padre. Sé que si sirvo eso en un plato y lo hago pasar por cena me degradarán de padre a tío de mis propios hijos.

Me rasco la cabeza. Algo hay que hacer. Mezclo unas latas de atún con unos pimientos, lo convierto en un picadillo muy, muy fino, y se lo echo a un revuelto de huevo que dejo sin cuajar del todo para, aprovechando que el horno está caliente, meterlo en unos sacos que preparo con pasta filo.

Tal vez el hombre de Neandertal inventó la nevera, se empezó a alimentar a base de sanjacobos y, como en las cuevas no han aparecido todavía pegatinas de Domino´s pizza, se extinguió. Nosotros empezamos por el fuego y la rueda, que era lo suyo, menos brillante pero más efectivo. Y gracias a eso esta noche yo conservo mis medallas.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Un belén agnóstico




Un belén agnóstico : Creo que, más que el belén, que ya tenemos por partida doble (el que vamos construyendo año a año y que tenemos junto a la televisión, sobre los altavoces del equipo, lo que nos obliga a poner a Norah Jones y no a ACDC para que Angus no provoque un terremoto en Tierra Santa y el de la entrada, más infantil, que María rescató de su caja del trastero porque le daba pena) lo que realmente hace Navidad es la bandeja de polvorones que este año tenemos en la mesa del salón. Como un belén agnóstico.

Supongo que esto se debe a que había una bandeja similar en casa de mis padres que terminaba con los mismos polvorones, a pesar de la insistencia de mi madre cada vez que la traía con el café, como si fuera un asunto más de decoración que gastronómico. Si con la edad uno se va asemejando a sus padres en muchas cosas, no es de extrañar que esta bandeja esté en el salón. La diferencia es que en mi casa la bandeja era de metal, ésta es de plástico : ya sabemos que lo de vivir mejor que la generación anterior era un espejismo.

Antes de irme a la cama repaso los dulces y me como un hojaldrado de naranja. La Navidad perfecta será aquella en la que montemos un belén comestible. 

domingo, 16 de diciembre de 2012

El elefante




El elefante : Cinco bocadillo de calamares en el escaparate, Bob Esponja te enseña un globo, un quinceañero pulveriza con agua unos trozos de musgo, una chica le pregunta a su amiga, sola en un puesto, qué tal está, un vendedor te ofrece una lámina que, entre los dientes, te permite emitir un silbido agudo, la chica del puesto responde que bien, le digo que no al vendedor, que busca pronto a otro posible cliente, las cuerdas de treinta o cuarenta globos se unen en la mano de un hombre delgado que va paseando lentamente, sé que la chica responde bien pero que piensa lo contrario, figuritas con el precio en una etiqueta pegada en la cabeza, los movimientos de Bob Esponja con el globo son un poco torpes, figuras de barro, de plástico, de resina, Daniel quiere un elefante para el Belén, junto al carrusel hay varios fotógrafos que mantienen sus objetivos quietos, esperando, mires donde mires, hay alguien consultado algo en el móvil, esas etiquetas sobre la cabeza son las que hace mucho tiempo llevaban pegados los artículos en el supermercado, ahora sólo quedan en las tiendas de los pueblos, buscamos un panadero para nuestro Belén, un voluntario, en el medio de un corro de gente, sostiene un sillín que va sobre una barra que se apoya en una única rueda, ¿encaja un elefante en un Belén?, nuestra primera respuesta es que no, nos cruzamos con un grupo de personas disfrazadas de superhéroes que se deja hacer fotos, no encontramos al panadero ni aquí, ni aquí, ni aquí, se diría que el de los globos, que forman una medusa metálica, los saca de paseo, siempre hay un padre o una madre alejándose el móvil de la cara y diciéndole a un niño o una niña que sonría, todo son piernas cuando controlas a tus hijos para que no se pierdan, al ver esas etiquetas, las recuerdo sobre un paquete de pan de molde, es en lo primero que pienso, Daniel insiste en lo del elefante y yo busco una excusa para decirle que sí, un elefante es algo grandioso y puede ocupar el hueco del buey y el burro, que ya no son oficiales, tampoco aquí está el panadero, todos los vendedores de los puestos parecen actuar con la misma tranquilidad, como si hubiera recibido un curso para aguantar la avalancha de preguntas, si me doy cuenta de todos estos detalles es porque estoy un poco distanciado, lo sé, sí encaja el elefante : ¿dónde iban a llevar lo que necesitaban los reyes para el largo viaje?, siempre pensando que todo sucede sin ese esfuerzo que representa el elefante, vamos llenando una pequeña bolsa de plástico con figuras, como en una tienda de gominolas, cuando Daniel vuelve al puesto a preguntar, contento, cuánto cuesta el elefante, le responden que va en un lote de más figuras, la Plaza está llena, acabamos encontrando a la panadera, cuatro euros, en uno de los últimos puestos que visitamos, los globos, realmente, son una indicación para que mires un momento arriba y veas esos aros que cuelgan de unos cables como una invitación a preguntarte, antes de meterse en este barullo, qué es lo que realmente deseas. Los adultos lo aplazamos y nos dedicamos a comprar respuestas con todos los billetes que tenemos en los bolsillos, después, con las monedas. Lo niños no parecen tener ese problema : están hechos de deseo. Por eso ellos son los Reyes y nosotros la caravana de elefantes que les sigue.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Velando armas




Velando armas : Terminamos la noche escuchando una canción de Vetusta Morla, un grupo del que siempre me he alejado por su nombre (y lo peor es que las manías se endurecen con el tiempo). Sólo quedamos siete en el local de la fiesta de cumpleaños, con una mesa repleta de botellas vacías, platos con restos de comida, pequeños troquelados de colores con el número cuarenta y un sombrero andaluz con el ala doblada.

Hemos escuchado a Julio Iglesias, Black Eyed Peas, Queen, Rosario, Mago de Oz, Def Leppard, Camilo Sesto, Technotronic o Tino Casal. Cualquiera podía acercarse al iPhone enganchado al equipo y elegir un tema en la intimidad del que en una iglesia le enciende una vela a su santo favorito. Se podría decir que el iPhone killed th dj star. No se ha exigido que la música estuviera centrada en el tema que se veía en los disfraces : el flamenco.

La canción de Vetusta Morla es Copenhague, me explican. Los siete ya estamos sentados. Es justo el momento en el que los muy borrachos envidian a los que no hemos bebido tanto porque evitaremos la mar picada de la resaca mientras que nosotros hacemos lo mismo con esa realidad de bordes redondos y blandos que les rodea, de límites difusos y conexiones improvisadas que abren huecos por los que el yo, como chocolate derretido, se va extendiendo. Ellos tan amplios y nosotros tan concentrados.

“la corriente enseña el camino hacia el mar. Dejarse llevar suena demasiado bien”

Es también la hora en la que se apuran las botellas y se combina en un plato lo que se va encontrando en las bandejas. Me bebo un vaso de vino rosado caliente, después otro. Cada cual tendrá su interpretación de lo que es una fiesta. La mía es la siguiente : un proceso de centrifugado en el que al final queda un pequeño grupo. We few, we happy few.

Justo antes hemos escuchado una versión de “Lucha de gigantes”. Es como si camináramos en fila por un terreno desconocido y cada tema, elegido con cuidado, iluminara una parte de lo que tenemos delante. Tampoco tenemos prisa : hemos consumido más horas de las que han pasado. Muchos bailes y muchas fotos y muchas risas.

Podría seguir comiendo restos y apurando las botellas de vino rosado mirando con lástima ésas de vino tinto que permanecen cerradas porque no tenemos sacacorchos. Podría estar así más horas. We few, we happy few, we band of brothers.  

viernes, 14 de diciembre de 2012

Todo listo para la inauguración



Todo listo para la inauguración : A las seis y media de la mañana cojo un cuchillo y corto las naranjas por la mitad, Pilar Arzak de fondo, los vasos dispuestos. Está claro que el equilibrio se mantiene : toda la luz que le falta a los días está en estas naranjas de piel fina. Soy yo también partiendo el día en dos (sueño y vigilia) siguiendo la línea de esos puntos que dividen las horas y los minutos en el reloj del horno.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Épica



Épica : A veces es difícil subir del momento al instante. No se encuentra cómo. El atasco. El frío. El anuncio en el coche de que ya toca revisión. Un grupo intrascendente en la radio. La hora. Entonces aparece enfrente un sol capaz de levantar el cielo. Podría ser la excusa para alcanzar el instante, pero eso sería mirar hacia afuera y hacer trampa. Es, más bien, como recorrer la platea desde el escenario y encontrarte con alguien querido en el público, seguro de que lo vas a hacer bien. Así que, de nuevo, toca centrarse en lo que hay alrededor. El atasco. El frío. El anuncio en el coche de que ya toca revisión. Un grupo intrascendente en la radio. La hora.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El carro de Sísifo




El carro de Sísifo : La mujer responde de mala gana, como si prefiera que no la saludara. Cualquiera de nuestros trabajos es mejor que el suyo : no admitirlo sería quitarle valor a lo que hace. Todas las tardes el mismo recorrido, el mismo carro con el material que utiliza, los recambios de papel higiénico, los botes de limpieza.

Le digo “buenas tardes” y unos segundos más tarde, después de mirarme, me responde “buenas tardes”. Es posible que su “buenas tardes” y mi “buenas tardes” coincidan en muy poco y por eso ella se lo piense antes de decirlo, como si supiera que solo son dos trenes que se cruzan por la vía en sentidos opuestos.

No es un tema de mala educación, como me dicen.

Sí hay algo en lo que se parecen nuestros trabajos. En ambos casos, si los dos lo hacemos bien, nadie nos dirá nada. Solo se dirigirán a nosotros si cometemos un error. Tal vez por eso me fije en que ninguna mañana falta papel higiénico. Tal vez por eso insista con el “buenas tardes”, esperando que una tarde ella sea la primera en decirlo.   

martes, 11 de diciembre de 2012

La hucha de cristal




La hucha de cristal : Por una tonelada de tapones de plástico se pueden obtener doscientos euros. Si echáramos cuentas, sería más práctico hacer una pequeña donación que entregar los que vamos acumulando, pero me gusta así porque es como volver a usar una hucha : una herramienta más para destilar el tiempo. Cada tapón que dejo caer es una gota en una piscina vacía, pero todo está hecho de esas gotas.

Esta mañana echo otro más. Sacudo el tarro porque suena como esos pequeños bombos de plástico con los que de pequeños jugábamos al bingo en las fiestas de Navidad. 

lunes, 10 de diciembre de 2012

La reina blanca




La reina blanca : Lucía lleva su caja de bombones como si fuera un lujoso tablero. Abre la tapa y te enseña los que tiene. Ya sabemos las reglas básicas : cuanto más oscuro sea el chocolate, más probabilidades hay de que ella te permita cogerlo. Ya sabemos la regla principal : el de chocolate blanco le pertenece. Cada bombón que nos comemos parece el movimiento de una partida de ajedrez en la que solo hay una reina blanca, la suya.

A veces creo que deja la caja con aire descuidado aquí o allí sólo para comprobar si puede fiarse de nosotros. Ahí está su bombón más codiciado con unos cuantos mordiscos.

-¿No te gusta?
-Claro – me dijo. Lo cogió, le dio un pequeño mordisco y lo devolvió a la caja. Supongo que se lo comerá cuando no quede ninguna pieza más.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Doble o nada



Doble o nada : Lucía pide los platos de dos en dos. Dos croquetas. Dos steaks tartare. Son platos de raciones pequeñas, perfectas para el ritmo con el que ella come. A veces pienso que para ella la comida es una excusa para degustar el tiempo.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Diez bolas brillantes sobre fondo oscuro




Diez bolas brillantes sobre fondo oscuro : Hay listas que se hacen para recordar. Otras, como es el caso, para no olvidar que tampoco éste fue un día cualquiera.

1-El montón de periódicos por estrenar : Lo compro solo por ese momento en el que parece que le quito el envoltorio a la mañana al coger el primer ejemplar del montón, alto, ordenado. Ya sé que es probable que termine en el contenedor sin que lo haya abierto.

2-El calor en la cara cuando encuentro el punto en el que da el sol en el pasillo de pádel. Los golpes de las palas de fondo, los ojos cerrados, un comentario del profesor, las risas.

3-La cajera que, cuando termina de pasar todos mis artículos, me ayuda a guardarlos en una bolsa. Aparta lo frágil sin que le tenga que decir nada y coloca lo pesado en el fondo.

4-La coleta de Lucía.

5-La botella de Otazu que abrimos para comer. Me gusta que sea de las que pesen cuando ya están vacías.

6-La dependienta de Correos que me devuelve el cambio enseñándomelo en su palma antes de dejarlo caer en la mía. Una moneda de diez céntimos y otra de cinco. Las monedas están calientes.

7-Pesadilla Antes de Navidad : 9,99 €. Un Blue Ray repleto de extras : Nueva introducción de Tim Burton sobre la película; el tour por la Mansión Encantada de Jack, Vincent : cortometraje; poema original de Tim Burton narrado por Cristopher Lee; nuevo comentario en audio de los directores Tim Burton y Henry Selick, y el compositor de música Danny Elfman; cómo se hizo Pesadilla antes de Navidad; el mundo de Tim Burton y Pesadilla antes de Navidad; escenas eliminadas; storyboard vs película y trailers de cine y pósters originales. Sí, 9,99 €. Hacía mucho tiempo que no tenía la sensación de obtener tanto por el dinero.

8-El árbol de Navidad que ponemos por la tarde. Las bolas brillan como la primera vez. Lucía se apoya en la punta de sus pies para poner la estrella en lo alto del árbol.

9-Los problemas que Daniel tiene para referirse a las personas del plural en inglés. Se pone nervioso, pero no parece darse cuenta de que entiende sin problemas todo lo que le digo, también en inglés.

10-El gol que Ozil marca para darle la victoria al Madrid. Me alegro porque las crónicas de Juanma Trueba, lo admita él o no, le salen mejor cuando el Madrid gana. Normal.

viernes, 7 de diciembre de 2012

El relieve de una sombra




El relieve de una sombra : El museo de Dinópolis es la prueba de que no se debe mezclar la visión lúdica de la ciencia con la ciencia pura : si los niños no tienen edad para disfrutar del vino, servirles un mosto es perder el tiempo. Por saltar de actividad en actividad, muchas de ellas pueriles, se deja para el final lo que debería ser el centro de la visita, su museo sobre los dinosaurios. Es irracional este empeño por convertirlo todo en un pasatiempo que nos lleva de un lado a otro cuando, de hecho, lo que debería hacer es fijarnos al momento y obligarnos a imaginar.

Ya es tarde y todos estamos cansados. Pasamos rápidamente por las salas para cumplir el trámite, pero en un momento me fijo en un fósil. De medusa, dice la explicación. Que algo tan leve haya sido capaz de dejar esa sólida huella. Lo sigo mirando mientras me alejo. Seguimos avanzando hasta salir del museo. En quince minutos empieza la última sesión de un espectáculo con un T-Rex que parece de verdad.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Lo que quedará de todo esto




Lo que quedará de todo esto : La Fonda del Tozal es una de las posadas más antiguas de España, en pie desde el siglo XVI. Dice el folleto : “Tratantes de ganado, maletillas, comediantes, en fiestas y ferias, y durante el resto del año : arrieros, carreteros, vendedores, peleteros, pastores, masogueros, jornaleros, labradores, etc. Toda una variedad de tipos sociales hoy en día ya desaparecidos como clientes”.

La puerta de entrada está cerrada. En un cartel se recomienda avisar a la persona que atiende el bar de al lado, construido en lo que antes eran las antiguas caballerizas. La mujer de la barra se marcha corriendo y al rato regresa para decirnos que pronto nos abren. Teruel, Diciembre : frío. Poco después llega un hombre con las llaves en la mano para no perder tiempo.

-No hay ascensor – se disculpa, ofreciéndose a llevar una de las maletas. Nos hace una breve introducción al edificio, que su familia compró por dos arcas de azafrán, y después de comprobar la reserva en un cuarto que parece el almacén de un anticuario, nos entrega el folleto.

“Gran parte de los objetos que el viajero puede ver en el Bar, son utensilios de uso de la casa y objetos perdidos y olvidados por los viajeros en la antigüedad: cántaros, tinajas, calentadores de cama, maletas, baúles, ropas, relojes, etc…”

Efectivamente, por todas partes hay objetos y muebles de varias épocas. Para avanzar hay que sortear años. Sobre una mecedora, un gato de piel marrón nos observa con ojos tranquilos. Más allá, junto a una mesa con un cenicero en el que se ve una única colilla, hay una pizarra anunciando un Barça-Madrid. No sé si es algo espontáneo o el gesto de alguien que ya sabía qué convenía añadir de este tiempo.

Las camas de la habitación ofrecen la promesa de un sueño lento.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Navidades al vacío




Navidades al vacío : Los abuelos nos regalan sobres de jamón serrano que usamos como comodines : atrás quedó la caja de cartón con la paleta, el portajamones, el cuchillo jamonero, el trozo de grasa sobre el corte para que no se secara y el trapo encima. Ahora la presentación es más propia de un mundo por el que pasó Steve Jobs. Simplicidad, diseño, velocidad, esas cosas.

Abro la nevera pensando qué preparar para cenar y al ver los sobres saco dos y soluciono el problema rápidamente. Se calienta un plato en el microondas y después se van disponiendo los trozos de jamón encima con la elegancia y el cuidado con el que se pintaría un fórmula uno; se coloca un niño en una silla, otro en la de al lado, y ya está todo listo.

Antes el jamón duraba todas las Navidades y se puede decir que coincidía el momento en el que se guardaba el árbol en su caja y se tiraba el hueso a la basura. Ahora todo va más deprisa y si no tenemos cuidado podemos agotar las reservas en una semana : entonces abriremos la nevera y ya no habrá de qué echar mano. Sin la referencia del jamón estaremos perdidos, añorando ese hueso en el que siempre, si uno tenía paciencia y el paladar menos exigente, siempre se podía encontrar un trozo aprovechable para seguir estirando las Navidades. Ese hueso por el que siempre preguntaba mi madre :

-Se le puede sacar partido. Lo cortas, lo congelas y lo puedes emplear para un caldo.
 -¿Lo quieres tú?
 -No, que tengo el congelador lleno.

Adiós también a esa conversación. Ahora sostengo los sobres en la mano y pienso si se podrían utilizar para uno de esos caldos. Si se hubiera seguido el ejemplo de Steve Jobs hasta el final, serían comestibles.

Como en una carrera, inicio la cuenta atrás para empezar con la cena. Tres, dos, uno.

martes, 4 de diciembre de 2012

Cuento infantil para adultos




Cuento infantil para adultos : La señora oso sonríe desde el portal de su casa. El señor oso sonríe camino de su trabajo. Supongo que la razón tiene que ver con cierta afición de la señora oso y del señor oso a los disfraces : cuando se acerca la Navidad y el señor oso se pone el disfraz de Papa Noel, los dos se olvidan de la rutina y se acuerdan de cuando eran jóvenes.

-Ven – le dice la señora oso – que vamos a ver qué esconde el número tres.

No es un cuento que Rodari habría incluido en sus libros, pero eso es lo que veo ahí, en esa caja de chocolates que me encuentro en la mesa del salón. El número tres podría haber estado en cualquier otro sitio, pero le tocó ahí, justo ahí. 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Lección básica de maridaje




Lección básica de maridaje : Arrancamos trozos del guión de un lunes y los arrugamos en pelotas de papel para que sirvan de combustible : Compro hamburguesas para todos y abrimos un “5t”, de Palacio de Villachica, para nosotros. Después preparamos la mesa en el salón y cenamos viendo no sé qué. Los mellizos dan mordiscos grandes. Se manchan la boca, las manos, los platos. Nuestros vasos de vino mantienen siempre el nivel apropiado. Es lo más parecido a preparar un fuego y dejar que nos rodee su calor. Uno de esos momentos en los que el dinero no podría añadir nada más.  

domingo, 2 de diciembre de 2012

Pasos en blanco y negro




Pasos en blanco y negro : En un extremo de la Plaza Mayor, una mujer se acerca a uno de los puestos navideños y pregunta : ¿Tienen Reyes Magos a precio de crisis?. No bromea. La joven que atiende el puesto, después de descubrir lo mismo que yo, que no bromea, señala unas figuras de plástico con aire triste : los únicos Reyes Magos que parecen estar de vuelta a Oriente. No sé cuánto costarán, pero estoy seguro de que no son baratas. Llevamos un buen rato con los mellizos y ya he visto que todo sigue igual de caro que el año pasado. Acabamos comprando unas pequeñas cajas con frutas como si fuéramos a prepararle una macedonia a toda esa gente del belén que compraremos cuando seamos muy ricos. No salimos del atrezo navideño.

En el otro lado de la Plaza, un artista callejero con acento argentino le pide a dos hombres que le aten con una cadena. Que le aprieten con fuerza las manos, que se la pasen por el cuello varias veces, entre las piernas, que le rodeen después con ella y que acaben poniéndole un candado para que no se pueda escapar. Antes de demostrar que sabe cómo soltarse de ese problema en el que se ha metido, pide que le den dinero. Al rato lo exige por un tema moral. Parece un profeta sin fe. Todas sus palabras están envueltas en rabia. Le damos un euro y nos marchamos porque creo que no se va a escapar, que se ha hecho atar para protegernos de su odio.

Parece que el recorrido entre ambos puntos solo pudiera ser el de unas Navidades en blanco y negro. Tampoco sería tan grave : es lo que prefieren los grandes fotógrafos para mostrar los matices.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Mi huerto particular




Mi huerto particular : A las nueve y cuarto abren el Mercadona. Los más madrugadores esperamos en la fila, agarrados al carrito, a que una voz por los altavoces anuncie que ya podemos entrar. Apenas hay dos cajeras y el resto de los empleados sigue colocando artículos en las estanterías para que no se vea ni un hueco libre.

Todo parece por estrenar. Si estoy aquí tan pronto no es solo por la poca gente que hay, sino por esta sensación de abundancia que me rodea por todas partes. Cada vez creo menos en la información económica que nos llega por los grandes medios, preparada para calmarnos en vez de prepararnos para lo que se acerca : una realidad gris y dura. Frente a ese pesimismo inevitable, el optimismo que todavía transmiten todas estas bolsas de verduras congeladas. Tantas clases, tantas unidades. Mi huerto particular al que me asomo cada semana.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Ahora, ahora, ahora




Ahora, ahora, ahora : Me gusta la complicidad que compartimos Daniel y yo yendo al cine (la sección femenina de la familia tiene otros planes). La película es muy, muy mala : la versión infantil de “Los vengadores”. Alguien se preguntó . “¿Y si hacemos lo mismo con Papá Noel, el hada de los dientes, no sé quién y no sé cuántos?”. El resultado es ridículo y caro : dos entradas, 17,90 euros.

Pero la película es lo de menos. Podría bajarla de Internet y me saldría gratis, pero perdería la oportunidad de estar los dos juntos. Charlamos en el coche, calculamos el tiempo que tenemos libre antes de que empiece, damos una vuelta por el Vips (él a ver juguetes y yo a encontrarme con un libro sobre Cartier-Bresson que finalmente no compro), intentamos sacar dinero en un cajero (uno no funciona y el otro, el otro, ja,ja,ja, pretende cobrarme tres euros por sacar veinte), le digo a Daniel que no hay palomitas y él niega, desilusionado, rebusco en la cartera y encuentro un billete que Lucia me dio hace mucho tiempo y que estaba ahí para que Daniel pudiera cercarse a comprar una botella de agua y unas palomitas medianas (5,40 el total), le doy la botella a Daniel (no me fío) y me quedo con las palomitas, entramos en el baño, dejamos la botella y la bolsa de palomitas junto a los grifos y nos lavamos las manos con meticulosidad de cirujano (así), recorremos todo el baño con las manos goteando hasta que damos (por fin) con un secador que suelta un aire fuerte y caliente, directamente del desierto, y yo me seco las manos primero y él se las seca después, y terminamos de quitarnos la humedad frotándolas contra los muslos (así), y cogemos las palomitas (yo) y el agua (él) y entramos en la sala (no, hoy no necesitamos alzador) y vamos buscando el número de la fila agachados, como si lleváramos una gran carga, hasta que damos con la fila y con nuestros asientos y, ya ahí, nos tomamos nuestro tiempo en ocuparlos (no sé si existe un nombre para definir este placer que se siente cuando puedes ocupar un sitio en el cine sin prisas), Daniel se quita el abrigo, se sienta, coge las palomitas, yo hago lo mismo con el agua, dejo el iPhone al lado y miramos a la pantalla esperando que empiecen los anuncios, la película, cualquier cosa.

Entonces Daniel me advierte de que tenemos que esperar a que empiecen a proyectar algo en la pantalla, da igual qué, para comenzar con las palomitas. Vale, le digo. Y cuando me giro hacia él, ya ha empezado a comérselas y sonríe con esa risa que nunca, nunca, olvidaré cuando le pillo. Gira las palomitas para que pueda coger unas pocas.

La película, decía, está muy bien hecha pero no vale nada. Bah. Da igual. Los dos nos vamos terminando las palomitas sin prisas mientras yo me digo : es ahora, ahora, ahora. 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Un atardecer colateral




Un atardecer colateral : Estoy viendo un buen atardecer urbano gracias a las buenas notas de Lucía. Su profesora, apenas nos sentamos, nos dice que va muy bien. Muy bien, insiste. Y permanecemos un momento en silencio, porque nosotros nos quedamos sin preguntas y ella sin la oportunidad de exponer sus respuestas : cuando las cosas van bien, este tipo de narraciones empieza por el final. De repente reacciona y, para justificar la reunión, de una carpeta saca los exámenes del trimestre y nos va indicando pequeños errores : una falta, una suma, una contestación en un ejercicio de comprensión. Que los haya encontrado parece más un éxito suyo que un error de Lucía. Aunque se esfuerza, le falta la tensión que seguramente muestra cuando en estas primeras turbulencias advierte un horizonte de frío y oscuridad. No es el caso y ella misma renuncia a seguir con la exposición y guarda todas las hojas. Apenas han pasado unos minutos.

Al acercarme al coche me doy cuenta de que está atardeciendo. Como a estas horas suelo estar en la oficina, disfruto del momento. Nos conformamos con poca cosa en la ciudad : esa franja de sol denso que se posa sobre la carretera, presionado por un cielo ya oscurecido.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Escobas N´Mopas




Escobas N´Mopas : Empieza a caer la que puede ser la última lluvia de Noviembre, en plan canción de Guns N´Roses, así que la acepto sabiendo que, ya sé, ya sé, para fenómenos como éste se inventaron los paraguas. Como me vuelve a pillar desarmado me escondo en una zona protegida mientras espero a que terminen las clases de judo y de gimnasia rítmica.

Esperar, cuando se sabe que es solo una cuestión de dejar pasar el tiempo, es bueno.

Junto a la puerta por la que los mellizos suben cada mañana (Lucía suele ser la primera; Daniel el segundo) hay un carrito de la limpieza. Es la hora más apropiada para hacer la limpieza porque las clases no se han enfriado del todo y así la suciedad sale mejor : lo recomendaban las madres, que no dejaras que el tomate del plato se enfriara y se secara. Me las imagino de clase en clase, pasando los trapos por la mesas como si borraran de ellas el miedo, la inseguridad o los problemas que pueda tener un niño de ocho años.

Pienso en esas máquinas que este verano recorrían las playas a primera hora para dejarlas listas. Y en esas camareras que van colocando las mesas para el servicio de la cena. Y en esos platos con el tomate seco. Y en que a Axl se le fue la cabeza en algún momento.

Pienso también en que a Zidane le habría venido bien, además de las clases de gimnasia rítmica que le dieron (es algo obvio), un poco de judo para haber reaccionado frente a Materazzi de otra forma. Las puertas del polideportivo se abren y me quedo en medio, mirando de una puerta a otra, tratando de saber por cuál van a salir. 

martes, 27 de noviembre de 2012

Una tregua de noventa minutos



Una tregua de noventa minutos: El árbitro se acerca al jugador y se inclina hacia él con el gesto de un oficial japonés : las piernas rígidas, los brazos pegados al cuerpo y el silbato en la boca, como si se fuera a comunicar con pequeños toques en morse. El jugador, en el suelo, tiene la postura del que aprovecha unos segundos para descansar y no tiene mucha prisa por incorporarse a un partido que empieza a estar perdido y en el que no ha creído desde el principio porque ni siquiera se juega en casa. Parecen un padre y su hijo en medio de esa conversación que en muchas casas (en el segundo trimestre del 2012, el 53,28 por ciento de los menores de veinticinco años está en paro) se ha interrumpido en la tregua que ofrece un partido de fútbol, aunque sea tan intrascendente como éste de la Copa del Rey.

lunes, 26 de noviembre de 2012

De pesca por Suecia




De pesca por Suecia : Se ha acabado el atún, y el tomate, y el queso. Rebusco en el armario y al final encuentro una lata de skarpsill. No sé qué quiere decir skarpsill. No voy a buscarlo en google. O arenque, o sardina. Me da igual. Si sé qué IKEA quiere decir puedes fiarte : y con eso me conformo. Me parece una buena idea echarle un poco de skapsill, marca IKEA, a la ensalada que estoy preparando y para la que no he encontrado más ingredientes que la lechuga, marca lechuga.

Entonces, en el momento en el que estoy a punto de abrirla, me doy cuenta de cómo han dispuesto la anilla de la apertura para que parezca las agallas del skarpsill. De repente, todas las ideas que tenía en la cabeza en ese momento se frenan como si hubiera salido el safety car. Todas. Hasta la lechuga parece muy lejana. La que sí está ahora muy cercana es la lata, en la que me fijo y a la que le doy vueltas, física y mentalmente.

Algún diseñador tuvo esta buena idea y peleó por ella hasta realizarla, consiguiendo, como hace el buen diseño, que, en este instante, el interior de la lata esté realmente fuera. No solo las ideas se han frenado : entre ellas se cuelan, como patinadoras en un atasco, otras sobre el trabajo, la imaginación, el bueno gusto, el humor, el diseño y, finalmente, sobre el arte.

Al abrir la lata descubro una masa líquida que acabo tirando por el desagüe. Ya me lo advertía la fecha de caducidad, pero andaba entretenido con el diseño. Otra patinadora se suma al grupo que acaba de pasar. 

domingo, 25 de noviembre de 2012

El pacto




El pacto : El pacto es que ahora al entrar en el restaurante huela a fritanga; que la carta sea una hoja plastificada (Todo lo que usted puede comer / All you can eat); que ya puedas comer de buffet (pidiendo los platos que quieras a la cocina); que los camareros traigan el vino cuando llevamos un tiempo comiendo; que las raciones sean más pequeñas; que la presentación no sea la misma, que lo que te gustaría pedir lleve un suplemento. El pacto, decía, es que aceptes todo eso a cambio de un precio que nunca antes habías pagado aquí, en un oriental que era la referencia de la zona, el lujo que te dabas un domingo a la hora de comer. En resumen : Tú puedes seguir viniendo y ellos no ven las mesas vacías.

Cada uno de los pactos que vamos haciendo nos asientan, como las patas de la nave que se posa, en la superficie de una realidad de la que no sabemos absolutamente nada. Cuando todo se detenga y salgamos a explorar es probable que lo que veamos no nos guste nada.

Hasta entonces, tenemos que ir aceptando los pactos, lo sé, pero voy a echar de menos a esa mujer china, alta y elegante, que venía a vernos a la mesa para conversar un poco con nosotros. La busco con la mirada por el local mientras comemos hasta que tengo que aceptar la verdad : ella no está incluida.  

sábado, 24 de noviembre de 2012

El camino de regreso



El camino de regreso : También hay piscinas valientes, que no quieren que les pongan esas lonas para el invierno que las convierten en lápidas bajo las que yace el verano. Es sábado por la mañana, voy bastante abrigado y me quedo mirando el reflejo de los árboles en una piscina, como una radiografía del frío . El agua, inmóvil, emite un frío azul que funciona como la señal de un faro : está ahí para indicarle al buen tiempo el camino de regreso.

viernes, 23 de noviembre de 2012

¿Eres capaz de recordar unos pasos?



¿Eres capaz de recordar unos pasos? : Este lavadero de coches es muy malo. Como puedes limpiarte tú mismo el coche a base de ir echando monedas de un euro (enjabonar, limpiar y abrillantar) y dirigir el chorro que sale de una manguera, tienes la sensación de que va a quedar mejor que nunca. La lección que aprendes es que hasta para limpiar un coche hay que saber : siempre se queda una capa de polvo, inmune al agua y al jabón como algunos virus a las vacunas.

Pero hay que reconocer que, de noche, con todas las luces encendidas, es un lugar en el que se juntan prometedores arranques de cuentos. Andan rondando : el agua en el que se refleja esa luz blanca que parece espesarse alrededor de los fluorescentes, el silencio brillante, el olor a aceite, la imagen de la mujer que ha decidido limpiar justo ahora su coche. Todos son cebos para diferentes historias que acuden con cierta desgana, como si supieran que no está cerca el escritor que llegue a su altura, que sepa sacarlas a bailar.

jueves, 22 de noviembre de 2012

La mirilla




La mirilla : Me gusta la mirilla de la puerta porque da a esa zona común en la que se mezclan, como las corrientes del río y del mar, la parte doméstica y social de los vecinos : es posible acceder a su vida a través de unas palabras o unos gestos que, expuestos en el exterior, no están destinados a ti.

No solo la puerta tiene su mirilla. Todos los objetos que pueda observar poseen la suya. A veces hay que buscarla con paciencia, a oscuras. Hay que alejarse mucho de lo que tiene uno en la cabeza y quedarse solo, como en la terminal de un aeropuerto de madrugada a la espera del vuelo de enlace. Entonces, suele aparecer y al mirar a través de ella se descubren, aumentados, los detalles básicos de lo cotidiano - incluido yo mismo - con una rotundidad que sacia y justifica y calma : una tregua en la que descansar.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El almacén de recambios




El almacén de recambios : Los artículos de las tiendas de los chinos son como los peces : si los sacas de su entorno, se mueren. La ilusión de que están vivos aguanta mientras los llevas en la bolsa que te dan, igual que cuando sales de la tienda de animales, sintiendo en la mano que ahí dentro hay vida. Ya en casa, hay que tener cuidado y cogerlos con dedos de cirujano y atención de pediatra. Parecen fuertes porque han cruzado medio mundo para hacerte sentir como si tus monedas fueran de oro, pero todo es un espejismo.

La peonza discotequera es un buen ejemplo. La repartieron las madres en un cumpleaños (los chinos son parte importante de muchos cumpleaños) como si fueran caramelos con pilas sin recomendarles a los niños que, para que duraran, lo mejor era no utilizarla. Habría sido una buena lección : hacerles sentir ese pequeño chasquido de la contradicción que luego acabas encontrando por todas partes, sin la inofensiva intensidad de un juguete.      

La afirmación de un líder político de que las leyes democráticas no le pararán es otro ejemplo.

La peonza tiene forma de platillo volante, no pesa y es transparente. En la parte central, a modo de motor, lleva tres pequeñas pilas, una encima de otra. Si se aprieta un pequeño interruptor, se encienden cinco pequeñas bombillas. Hasta aquí todo va bien, pero lo que hace de este objeto algo puramente chino es que las luces cambian aleatoriamente de intensidad : es una fiesta portátil.

Le pido a Daniel que me enseñe la suya pero no le cuento que la balanza comercial con china es tan desfavorable para nosotros porque basan su producción en una clara política de ahorro de costes que abarca tanto a los materiales como a la mano de obra y que, dentro de esa mano de obra, el ajuste no se produce solo vía coste unitario (salario/hora), sino, también, por las unidades aplicadas (personal), lo que hace que muchas veces se considere excesivo aplicar un plan de control de calidad que pudiera, ya no eliminar, sino por lo menos limitar, los posibles errores que el resto de las variables va a provocar. No se lo digo y al girar demasiado la llave que le da cuerda a la peonza, ésta se rompe. El sonido que hace algo que se rompe es igual en chino que en español.

Vaya.

Pero pronto recuerdo que en una casa con mellizos abundan los recambios. Si uno se olvida el libro en el colegio, el otro se lo puede dejar. Si uno se queda sin calcetines limpios, ahí está el otro para solucionarlo. Así que, sí, hemos roto la primera peonza, pero nos queda la de Lucía. Ella, además, ha visto lo que ha pasado y ha aprendido la lección. Con mucho cuidado, le da cuerda a la suya y la suelta en el salón, donde hemos apagado las luces.

El resultado es espectacular. Una espectacularidad doméstica, pero efectiva. El canto del cisne de la peonza.
              

martes, 20 de noviembre de 2012

Tres formas de hacer un nudo




Tres formas de hacer un nudo : Con todo lo que hoy ha sucedido, aparentemente trivial, un buen escritor escribiría un libro. Para hacerlo, debería partir del hecho de que las probabilidades de que las cosas hayan sucedido así eran mínimas, que lo sorprendente es que, cavando un poco más, las cosas, simplemente, sean. Ese debería ser el camino, pero lo seguimos en sentido opuesto.

De ese libro, claro, hoy no queda nada. Entro en casa con la impresión del que llega tarde al mercado y se encuentra con las cajas de la fruta amontonadas en la parte trasera de los puestos. En la madera hay manchas de las fresas que esta mañana quedaban expuestas y que se ha llevado otro.

Pero poco antes de acostarnos María me cuenta, sin una conversación previa que lo justifique, que hoy los mellizos han aprendido qué es el nudo de una narración. Me hubiera gustado escuchar sus explicaciones y ver en sus caras si le daban o no importancia al descubrimiento.

Supongo que les habrán hablado de las narraciones. Es un buen punto de partida : con el tiempo espero que aprendan que es ese mismo concepto de nudo lo que hace interesantes a algunas personas y significativos a algunos objetos. En la repisa del cuarto de baño, por ejemplo, veo el vaso de Daniel con su cepillo y sus pinceles. La cámara de fotos puede ser una buena detectora de nudos.