sábado, 31 de enero de 2015

La eternidad de ida y vuelta



La eternidad de ida y vuelta : Un túnel y la luz al fondo. Y al otro lado habrá alguien que diga lo mismo: un túnel y una luz al fondo. La metafísica en una procesión de almas agolpadas avanzando lentamente en los dos sentidos. Las que llegan y las que parten. Tal vez por eso nuestra atracción por las procesiones, por las aglomeraciones en los partidos, en los conciertos, en los centros comerciales, porque en el origen no hubo una cueva, sino un túnel repleto. Mientras, el olvido sobre dos rápidas ruedas.

viernes, 30 de enero de 2015

Era la manga roja



Era la manga roja : Era el paseo inquieto de Daniel por el salón, era su seriedad, era su deseo de darnos cuanto antes la mala nota en comprensión lectora, era su forma de escucharnos después, menos agobiado, era la parte de esa nota que también nos correspondía por no lograr todavía que se enganchara al placer de la lectura, cada vez más sutil, era el deseo de que iniciara ese camino que le permitiera disfrutar alguna ver con estos eran :

“Era aquel vacío del que McDonald había hablado en el albergue, bajo la tímida luz del farol en medio de la oscuridad; era la mirada vacía de los brillantes ojos azules de Charley Hoge, en la cual se había visto reflejado y de la cual había intentado hablarle a Francine; era la desdeñosa mirada de Schneider justo antes de que la coz del caballo le cambiara la expresión; era el gesto denodado e imperecedero de Miller ante la cortina blanca de la ventisca en las montañas; era el hueco titilar en los ojos de Charley Hoge al dar la espalda al fuego para seguir a Miller hacia la noche; era la franca desesperación que convirtió el rostro de McDonald en una máscara animada durante su frenética persecución de Miller en el holocausto de las pieles; y era lo que estaba viendo ahora en el rostro de Francine, fofo e inerte sobre la almohada”

Era el “Butcher´s crossing”, de John Williams, que terminé de leer, era una mala clasificación en el entrenamiento que te relega en la parrilla de salida, eran todas esas cosas que en pasado cobran más presente que en el preciso momento en el que suceden.

Era, por terminar, la manga roja del jersey de Daniel sobresaliendo del resto de la ropa negra cuando, aliviado, volvía a bromear. 

jueves, 29 de enero de 2015

La última oportunidad del día



La última oportunidad del día : Las cajas de fruta están dispuestas casi verticalmente a la entrada de la tienda como las coloridas gradas de un estadio. Las iluminan dos potentes focos que hunden en la oscuridad el resto de la calle. Voy andando cada vez más despacio hasta que me detengo a mirar la variedad expuesta. Mandarinas. Limones. Tomates. Naranjas. Todo el optimismo que le queda al día está de saldo. Suficiente.

miércoles, 28 de enero de 2015

Un ramillete de cubiertos



Un ramillete de cubiertos : La mesa de al lado está ocupada por un grupo de creativos. Cada uno tiene su portátil, cada uno detalla con cuidado el café que quiere como haría con la dosis de la medicina de su hijo al dejarlo en la guardería, cada uno trata de imponer su optimismo a los demás, cada uno deja caer un nombre conocido en la conversación, cada uno trata de tocar al otro cuando habla.

Esperamos a que nos traigan los cafés con leche. La conversación de los demás marca fielmente la frontera del silencio que hemos extendido y el que nos hemos acomodado. En ese silencio, somos fotógrafos de animales esperando pacientemente en su tienda en la selva lo que aparezca esta mañana. La sombra de un perro que parece fijarlo al suelo como un ancla. Los gestos mecánicos de la chica que prepara el café mientras piensa en otra cosa. Una taza de metal con un ramillete de cubiertos limpios en el que, afortunadamente, no está la cuchara que necesitamos. 

martes, 27 de enero de 2015

Mañana en Off



Mañana en Off : Callejeando camino del trabajo paso por delante de dos teatros: el Lara y el Alfil. Junto a los carteles que anuncian las obras que se representan están los más pequeños, pegados en las paredes de los locales todavía cerrados, con una oferta más alternativa que se va renovando deprisa. Los colegios están a punto de abrir: un niño chino no deja de pedalear mientras su padre le da de comer y después de beber, una madre muy alta se estira la falda hacia abajo mientras se inclina para escuchar lo que le dice su hija, tres niñas avanzan cada una en un monopatín seguidas por su padre, que tiene pinta de autor teatral. Me cruzo con él junto a la puerta de la Sala Off.

lunes, 26 de enero de 2015

Jaque en dos movimientos



Jaque en dos movimientos : Lucía dice que el puré que los demás ya nos hemos terminado no le gusta. María le detalla los ingredientes como si fueran los nominados al Oscar al mejor actor. Pero a Lucía tampoco le gusta el cine, así que permanece impasible ella, y la cuchara, y el cuenco. Es el momento en el que la tarde se cuartea. Daniel y María se marchan al salón. Me quedo con Lucía en la cocina, en la paciente espera de la sala de urgencias cuando no tienes nada grave que te dé prioridad. Todo se va enfriando y espesando como el puré. El humor. La conversación. Y, después de la conversación, los pequeños intentos de comunicación no verbal. Son tantas las cosas con las que puedo chantajearla si no cena que me relajo. A Lucía le sorprende la tranquilidad con la que reacciono. Le basta con remover esa tranquilidad para ver lo que hay debajo: su tableta, su móvil, su serie de televisión. Acostumbrada a enfrentamientos directos, ahora sabe que le quedan muy pocos movimientos y acaba eligiendo el más inteligente : cuchara a boca.

domingo, 25 de enero de 2015

Una botella elegante



Una botella elegante : Todas las mesas tienen una botella de vino esperando para que, en el caso de que dudes, le digas al camarero “éste mismo vale”. A veces es buena idea pedir el vino de la casa: si mantiene un mínimo de calidad, el volumen de la compra garantiza un buen precio. O eso queremos creer hoy.

El rito del vino pasa entonces al agua. El camarero va a por la botella, que abre al llegar a la mesa. Es una botella de cristal alta, que transmite la idea de que el agua que vas a beber es elegante. No hay agua elegante, ya, pero si tuviera distintas botellas en la mesa, me serviría primero de ésta. 

sábado, 24 de enero de 2015

Las 15:01 del sábado



Las 15:01 del sábado : A esta misma hora, el resto de la semana, la orquídea no consigue la misma presencia que muestra en este momento. No es solo una cuestión de sol. Podría decirse que para los objetos también existen los días laborables, aquellos en los que entrenan para ser sabiendo que no van a recibir la atención de la mirada. Las cosas se limitan a ocupar su sitio sin llegar a reclamarlo. Llegan las 15:01 del sábado y la orquídea logra una consistencia de la que se beneficia el sábado. A partir de ese momento, ya existe una referencia para valorar lo que ya es y lo que, da igual qué día sea, no lo ha conseguido.

viernes, 23 de enero de 2015

El armario perenne



El armario perenne : En los armarios de los mellizos siempre hay ropa por estrenar para sustituir a la que se les va quedando pequeña. Como es algo habitual, no soy consciente de ese proceso hasta que veo una camiseta nueva, como la del gorila patinando encima de la cama de Daniel,  se prueban unos zapatos por el pasillo, todos atentos a cada paso, o me preparan una bolsa repleta de ropa para llevar al punto limpio.

Ese flujo constante contrasta con la quietud de mi armario. Ese sosiego en el que se mantiene es señal de que no voy cambiando con el tiempo, lo que es tan bueno como la velocidad en el armario de los mellizos. Mi ropa sigue sirviéndome de año en año. Sé que la moda tiene algo que decir sobre las implicaciones de ese inmovilismo, pero todo es secundario frente a ese momento en el que vuelvo a comprobar que el botón del pantalón sigue cerrándose sin mayor esfuerzo. 

jueves, 22 de enero de 2015

El repertorio del violinista



El repertorio del violinista : Para disfrutar más del metro a las doce menos cuarto de la noche, hay que vivirlo a las ocho de la mañana en ese punto del enlace de la línea diez en el que se junta tanta gente que una empleada del metro tiene que ir organizando la fila para que no se colapse todo. Ahora los pasillos están vacíos y por las escaleras mecánicas, cuyo murmullo puede escucharse,  baja una pareja abrazada, dejándose llevar. Aunque tengo prisa, espero para no molestar y cuando puedo la dejo detrás, preguntándome si una vez que lleguen abajo cogerán las de subida. La empleada nos da órdenes precisas y todos obedecemos. Podría bajarme en Tribunal, pero me gusta ir oyendo ya desde lejos a ese violinista que, agua entre las raíces, todas las mañanas toca en el mismo sitio sin todavía haber repetido un solo tema.

miércoles, 21 de enero de 2015

Lo que no incluye la receta



Lo que no incluye la receta : Busco ese momento, antes de abrir la puerta de la cafetería, en el que reconozco a mi madre sentada en una de las mesas. Todavía no nos ha visto. Hace mucho frío esta tarde y es posible que todavía tenga el dolor en el pecho o le moleste la rodilla o siga débil por la falta de hierro. Veo que ya se ha tomado un café. Los mellizos entran primero y nos envuelve el olor de los pasteles y el del café, protegiéndonos del exterior como una toalla al salir del baño. Pero eso no es lo principal de la merienda.

martes, 20 de enero de 2015

Las monedas del café



Las monedas del café : Todas las plantas del edificio del banco están iluminadas, con gente todavía moviendo el dinero de un sitio para otro y pausas para rebuscar en los bolsillos unas monedas para el café en la máquina. Gracias a ellos, y a sus corbatas, y a sus asientos, la tarde aquí abajo resulta mucho más acogedora. Basta con levantar la vista para ser conscientes de que podemos hacer lo que queramos. También ellos nos necesitan: el que, con el vaso de café caliente en la mano, mira hacia abajo, por unos segundos sale de su espejismo de números.

lunes, 19 de enero de 2015

El primer desafío



El primer desafío : Daniel ve un terraplén. Yo, un barranco. Daniel dice que quiere arrastrarse por él como aquellos niños a los que vio hacerlo. Tengo que admitir que parecía tan divertido como peligroso. Y esos tres no dejaban de celebrarlo como si fuera una pendiente con nieve en vez de una dura superficie de tierra agrietada. Cada vez que pasamos por delante me dice que le gustaría intentarlo, que no va a pasar nada.

Parece algo banal, pero es posible que, cuando crezca, Daniel busque barrancos parecidos para probarse sabiendo que, por mucho que lo intente, jamás le darán lo mismo que prometía éste. 

domingo, 18 de enero de 2015

Un día menos para la megafiesta



Un día menos para la megafiesta : El ritmo con el que llegan a casa las chucherías es más rápido que con el que se consumen y se van acumulando en la cocina porque, fuera de la repostería, no existen cocineros kamikazes que te enseñen cómo sacarles partido con unas lentejas o unas croquetas. Si fuera fácil tirarlas, habría contenedores y zonas en el punto limpio, pero el testimonio alguien diciendo que nos ha visto vaciar un tarro de piruletas en una papelera podría cambiar el voto de un testigo clave en un juicio contra nosotros.

Supongo que nos pasa lo mismo: cuando me quedo solo en la cocina viendo el fútbol pienso en coger alguna para ayudar a solucionar el problema, pero vuelvo a darme cuenta de que eso sería malgastar en salvas la munición de esa megafiesta que un día celebraremos y para la que todo será poco.

sábado, 17 de enero de 2015

Sin la urgencia de la espuma



Sin la urgencia de la espuma : Cuenta Christian Salmon en “Storytelling” que los artículos, ahora, deben llegar al mercado precedidos por una historia. Eso lo saben bien en la pizzería a la que acudimos: nada más sentarnos en la mesa, nos recibe una chica que nos cuenta que las pizzas han sido diseñadas por el cuatro veces ganador de pizzas del mundo, que la masa tiene mucha agua y que por eso es más fácil de digerir, que tienen un horno exclusivo capa de hacer pizzas de hasta dos metros. Lo dice todo con precisión de azafata y después se marcha a la cabina.

Más tarde, el cerebro va espolvoreando todo eso que hemos escuchado sobre lo que comemos. Ni la vista ni el paladar son independientes y es bastante probable que la percepción de lo que tenemos en el plato fuera distinta si nadie nos hubiera dicho nada. (Texto completo en Terra Nostra)

viernes, 16 de enero de 2015

Una alfombra de pétalos



Una alfombra de pétalos : Nunca antes me había encontrado con una oferta 2x1 en palomitas tamaño gigante. El envase es tan grande que de él podría salir una modelo en el cumpleaños de un concejal de urbanismo. Agarro cada uno y les digo a Daniel y sus amigos que me sigan hacia la sala. La talla XXL de las palomitas hace que me sienta americano. Salir de la austeridad y sumergirse en lo excesivo es un buen ejercicio para una tarde de cine de viernes. Mientras caminamos por el pasillo, envueltos por el acogedor silencio que precede a una historia, pienso que hay más cine en todas estas palomitas que en muchas de las películas que se proyectan. No sé qué esperar de “Paddington” y tampoco me importa. Es viernes. Tres niños de diez años me siguen riéndose y estoy a punto de empezar a lanzar palomitas conforme avanzamos, como pétalos en un desfile para anunciar su importancia.

jueves, 15 de enero de 2015

Una oración en propia puerta



Una oración en propia puerta : En el escaparate se anuncia, con una gran fotografía, una colonia que se llama “Sí”. Hoy el Madrid tiene que remontar el 2-0 del Calderón y los madridistas, tan acostumbrados a creer en nosotros mismos cuando enfrente estaba el Atleti, ahora nos encomendamos a lo que se nos ofrezca para ser optimistas. Soy una persona de fe, sí, pero a cada minuto cambio aquello en lo que creo, por lo que ahora no me cuesta cerrar los ojos y rezarle a la colonia. Querida colonia, si hoy el Madrid sí pasa prometo comprarte por litros, bañarme contigo, serte fiel. Y en ese momento me llega un mensaje de mi hermano, que está en el Bernabéu : “Segundo de Torres. Marcho”. Hay que afinar la puntería con las oraciones.

miércoles, 14 de enero de 2015

Temas que no retomaré



Temas que no retomaré : Entre las siluetas alargadas de los árboles destaca una pantalla que anuncia la llegada de las rebajas y un precio : 29,90 €. La única mención al producto es un texto que no puedo leer. Hace frío y está anocheciendo, así que es posible que sea la única persona que ahora se fije en la pantalla. Quizás lo que parezca un error sea una estrategia para que poco a poco me vaya acercando para descubrir a qué se refieren. ¿Por qué no?. Nunca he ido de rebajas, pero sí he dejado muchas cosas a medias de las que me sigo arrepintiendo. En este momento podría decir varias. 

martes, 13 de enero de 2015

El muro de las celebraciones



El muro de las celebraciones : En la pared de un edificio que hay junto a dos colegios aparece escrito “WTF?”. El WhatsApp se nos está yendo de las manos. Si el director de alguno de los dos centros la viera, debería reaccionar de inmediato y levantar en el patio del colegio un muro para que los alumnos practicaran la gramática del spray bajo la estricta supervisión de la profesora de lengua. De esos ejercicios debería seleccionarse a los mejores para que compitieran con los de otros colegios en torneos locales, municipales, provinciales, de la comunidad y, finalmente, nacionales. Al ganador se le debería premiar invitándolo a esta pared, donde, de manos del alcalde, recibiría un spray de oro con el que tapar esta triste expresión para reivindicar los muros. WTF!

lunes, 12 de enero de 2015

El motivo de la lucha



El motivo de la lucha : Nos metemos en la inercia de la lucha y, aunque se desarrolle fuera, el motivo de la misma no está ahí, se ataque o se defienda. Tampoco es que, para continuar, sea necesaria una excusa: o nos la dan o nos creamos una ficticia. Los días se van apilando. Abandonamos el territorio de la sutileza. Nos refugiamos en las palabras más sólidas. No nos fijamos en los caminos que no vamos a tomar. Por eso, al llegar a casa, hay que dejar que la mirada venga desde los objetos a nosotros. Los pies de Lucía con calcetines en el sofá.

domingo, 11 de enero de 2015

La comida de la tribu



La comida de la tribu : Colocamos los trozos de carne en los tenedores de dos puntas y los metemos en las cazuelas humeantes. La receta es sencilla. Ahí los dejamos lo que cada uno entiende por dos minutos y los sacamos. Gastronómicamente hablando podría pedirse algo más porque parecemos pescadores contentos de comerse el cebo. Pero no somos pescadores, somos cazadores. Lo importante es estar sentado en una mesa en la que todos, niños incluidos, estamos comiendo lo mismo. La cazuela sería ese primer fuego alrededor del cual se reunía el grupo para compartir la pieza cazada. Ahora son los niños los que al terminar su bandeja se acercan a por nuestra carne.

sábado, 10 de enero de 2015

Los aficionados del sábado



Los aficionados del sábado : En cierto modo, casi todos ya lo sabíamos: es sábado y las espadas llevan protector. Lo del casi va por el chico a mi izquierda, que, después de trabajar por la mañana, ha venido en coche desde Gijón para ver al Madrid. Antes de conocer su historia, despotrico un poco del juego del Madrid, busco nubes en el cielo, compruebo hasta qué parte de la canción en japonés que cerraba Heidi me sé y mando algún mensaje al grupo de Wassup que han creado los mellizos. No encuentro ninguna frase memorable con la que estrenarme porque éstas solo crecen en twitter. “Gol de James 1-0”. Tampoco importa : aquí solo germinan los comentarios banales y los iconos. Cuando me entero de que estoy junto a alguien que ha recorrido unos quinientos kilómetros para estar aquí, mi disposición cambia. Vuelvo al partido como el profesor que repasa un examen para tratar de llegar al cinco. Elogio algunas jugadas. Alabo la calidad del césped, que parece el del jardín de algún millonario. Aplaudo con decisión. Oriento el juego con un par de gritos. Lanzo algunos tacos bien pulidos para que reboten y lleguen lejos. Solo me falta ponerme de pie cuando saca Casillas como si solo eso fuera una clara ocasión de gol. El chaval parece ajeno a mis esfuerzos. Compruebo que no reacciona. Hasta que en un momento veo en su mirada cierto reproche, como si mi forma de actuar fuera la de un domingo, no la del sábado que él ha venido a disfrutar.

viernes, 9 de enero de 2015

Una disculpa en versión original



Una disculpa en versión original: Salgo del cine de ver “Corazones de acero” de madrugada. A la sesión, en versión original, solo hemos venido cinco personas. A primera vista no parece que hagan mucho negocio, pero creo que se trata, sobre todo, de una inversión. Y de una disculpa. Nos ofrecen esta posibilidad a los padres para que nos reconciliemos con este cine y le cojamos cariño después de los bodrios que hemos tenido que ver en sus salas. La situación del cine infantil no va a cambiar, pero, llegado el momento de ver otra película infame, preferiremos hacerlo aquí, en este cine que te permite escuchar a Brad Pitt en versión original y en el que, gracias al silencio de los pasillos al salir, vacíos y sin palomitas en el suelo, puedes alargar un poco más la impresión de la película. 

jueves, 8 de enero de 2015

Una sesión de tiempo muerto



Una sesión de tiempo muerto : Uno acaba definiéndose por esos ratos muertos sin ninguna obligación y en los que el tiempo parece yacer sin pulso. Los quince minutos dentro del coche hasta que abren las puertas del colegio, por ejemplo. Cuidar del tiempo cuando te pagan por ello no tiene mérito. Los auténticos ascensos, las becas Fullbright, los reconocimiento oficiales deberían basarse en lo que los jueces respectivos, al asomarse a la ventana de nuestros coches, vieran. Con la tecnología ahora sería posible, por poner un caso, aprender a realizar una operación de cadera, estudiar una de esas lenguas a punto de extinguirse o imitar el estilo de Faulkner. Si se exprimieran todos estos minutos saldría una segunda vida. Pero el sol invita a cerrar los ojos y guardar energía para manejar, primero, la que ya tenemos.

miércoles, 7 de enero de 2015

La cúspide del faro



La cúspide del faro : El mismo día del atentado islamista contra la sede del Charlie Hebdo, Lucía y yo terminamos el puzzle iluminado de la Torre Eiffel que se pidió para Reyes. Es posible que cualquier otro día le hubiera propuesto dejarlo para una de esas horas ociosas del fin de semana que se ofrecen para trabajos como éste. Hoy, sin embargo, hago un hueco en la mesa y en la tarde, apartando todo lo que pueda distraernos. Tenemos que concentrarnos bien en lo que hacemos. Lucía va buscando las piezas de cada nivel mientras yo doblo, concienzudamente, las que forman los vértices para que todo encaje. Así vamos ascendiendo poco a poco, orgullosos, hasta que llegamos a la cúspide, que se adapta sin ningún problema. Ya solo queda ponerle la pila a la base, encender el interruptor y verla iluminada.

martes, 6 de enero de 2015

El penúltimo regalo



El penúltimo regalo : Con los papeles que envuelven a los regalos llenamos una bolsa grande que dejamos junto a la puerta de casa. Cualquiera al verla pensaría que ya estamos saciados, satisfechos con lo que hemos recibido. Tampoco le quitaría la razón al que pensara que han sido demasiados. Sin embargo, cuando después nos sentamos a desayunar el roscón, todos deseamos que, al partir nuestro trozo, el cuchillo encuentre la resistencia de ese pequeño regalo escondido.

lunes, 5 de enero de 2015

Ya no se preparan mesas así



Ya no se preparan mesas así : A pesar del olor que llega de la cocina, en el que se acumulan varias horas de trabajo, lo que me atrae al entrar en el salón es ver el cuidado con el que está puesta la mesa para la cena. Mira cómo están dobladas las servilletas. Ya no se preparan mesas así. Aunque todavía queden unas horas para que lleguen los Reyes, es ahora, frente a esta mesa, cuando más me acerco a la sensación de ese momento en el que, de pequeño, abría la puerta de este mismo salón por la mañana y me encontraba con todos los regalos dispuestos.

domingo, 4 de enero de 2015

Magia materna



Magia materna : Eduardo está convencido de que su madre es maga. El truco de hoy es bien sencillo: en vez de seis años, tiene nueve. ¿Nueve?. Asiente despacio, abriendo mucho los ojos, como sugiriendo que él tampoco lo entiende pero que es así. Cuando los amigos que hemos quedado a comer salimos del restaurante alemán, hacemos un poco de tiempo en una plaza que hoy se ve mejor en blanco y negro y en la que hay dos zonas infantiles. Es el momento de ver si el truco funciona de verdad o no: Eduardo no le presta atención a la que le correspondería y se marcha sin dudarlo a la de juegos para más mayores. La madre también asiente despacio, abriendo los ojos, como disculpándose por no saber explicar cómo ha hecho el truco.

sábado, 3 de enero de 2015

Una nueva raza de hormigas



Una nueva raza de hormigas : Podría decirse que, ahora que estoy en el bando del Kindle, todo lo relacionado con el papel me es ajeno y que al ver un libro en un escaparate niego como el que ha superado una turbia etapa de su vida como lector. Pero no: el Kindle llegó como una receta para que la acumulación de libros no dañara ni la casa ni las relaciones de pareja ni mi saldo disponible. Así que lo acaté y empecé a usarlo con un punto de rigidez con el que, sin mucho éxito (ni yo mismo me lo creía), me quejaba al mundo. Ni yo mismo me lo creo: Un toque y paso del “Butcher´s crossing” de John Williams al “Cuaderno amarillo” de Pániker o al “Faro por dentro” de Menchu Gutiérrez. Así no hay trayecto lo suficientemente largo en el metro.


Pero por mucho que me convenza el tema digital, siempre necesitaré de las librerías para moverme entre las ofertas y poder elegir. No solo eso: tocar el libro físico que se ha leído es como visitar la ciudad que se conoce por fotografías. Por eso hay que defender el papel. Por eso, sabiendo que los insectos dominarán la tierra, la hormiga que veo hecha con cartón en una feria navideña me parece la mejor forma de garantizar su supervivencia.   

viernes, 2 de enero de 2015

Los suplentes del chef



Los suplentes del chef : Dice Jabois que basta con ver cómo pisa un equipo el centro del campo al salir para ver cómo va a jugar. En cuestión de comida, ese mensaje se transmite al pedir el vino. Hacerlo por copas es rendirse a lo razonable, y rebajar la comida a un tema de alimentación. Es la forma más clara de decirle al camarero que no se piensa que la comida justifique una botella. Que bueno, que nos apañaremos con pequeños sorbos y que, básicamente, se rebajará el tono para conservar el nivel de las copas y que éstas duren hasta el final. En ese caso, lo normal, y lo que me temo hoy, es que el camarero tome nota, se lo comunique al chef y que éste, asomándose desde la cocina, declare que en el encuentro de esta mesa salgan a jugar los platos suplentes y que las estrellas se reserven a aquellos que, antes de mirar la carta, ya señalan una botella de la lista de vinos como declaración de principios.

jueves, 1 de enero de 2015

Plegarias mundanas



Plegarias mundanas : En una de las últimas plantas de un rascacielos parpadea una luz verde para señalar que ahí hay una capilla. Es posible que las peticiones que surjan desde ese lugar lleguen antes y que destaquen sobre la gran nube de deseos confusos, mezclados con miedos, que cubre la ciudad como otra forma de contaminación. Aquí abajo, en el primer paseo del año, las pocas luces que me encuentro son las de los escaparates. Como hace frío, me acerco instintivamente a ellas y miro. Lo más probable es que algunas de las cosas que podría pedir este año acaben formando parte de esa capa. Pero no hay que desfallecer en este arranque del año: alguien debió desearlo y ahí está, un descuento del cincuenta por ciento en lencería.