domingo, 26 de abril de 2015

Las leyes de la mala suerte



Las leyes de la mala suerte : En el escaparate de la tienda de los chinos hay gatos de la suerte de diferentes tamaños, supongo que dependiendo de la que necesites. Si tu vida es más triste que el mobiliario de una asesoría fiscal, pedirás el más grande esperando que un golpe de fortuna te vuelva visible de nuevo. Si lo que te falta es algo específico y puntual, lo probable es que te compres uno pequeño para que agite el brazo en el salpicadero del coche si eso que está ahí aparcado es un coche de la guardia civil y tu lengua es incapaz de pronunciar las palabras de golpe, que para pedir otra copa solo había que señalarla.

Yo me llevaría un par de los pequeños si no fuera porque creo que pueden volverse en tu contra si en el fondo eres un tipo afortunado y no eres capaz de verlo. Un castigo latente para que la escasa buena suerte no termine en las manos de quien ya tiene la que le hace falta. Coge uno sin merecerlo y en alguna parte una gran bola de dos toneladas empezará a rodar para aplastarte en el sitio más inesperado. Por eso me quedo un rato pensando y admitiendo, al final, que sí, que hay algunos temas a los que no les vendría bien un empujón. Pero acabamos de venir de comer y lo hemos pasado tan bien que pagar cinco euros por una copa de vino no me ha dolido. Tal vez otro día. 

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