viernes, 17 de abril de 2015

Lo que Star Wars separó



Lo que Star Wars separó : Encima del mapa de Francia hay dos figuras de Star Wars tumbadas. Son dos droides de combate B1, pertenecientes a esa trilogía que decidí olvidar conforme salía del cine. Yo, como capricho, hubiera tenido una X-Wing, o un R2D2. Si me lo hubiera pensado dos veces, habría elegido un C3PO para preguntarle las dudas en los ejercicios de latín o de inglés. ¿Qué mejor ayuda que la de este androide capaz de dominar seis millones de formas de comunicación? Con alguien así al lado, la Guerra de las Galias habría sido un tranquilo paseo por la granja de humedad de los tíos de Luke en Tatooine al atardecer. ¿Pero un B1? ¿Estos robots anoréxicos de los que un wookiee como Chewbacca habría tumbado un par de centenares de un guantazo y que no sabrían decirte dónde está Paris? El verdadero reto de la nueva película de Star Wars que se estrena este año es unir a dos generaciones separadas por la propia saga.

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