viernes, 21 de agosto de 2015

El tren de las 20:18



El tren de las 20:18 : A pesar de que la horchatería está vacía y poco iluminada debería elegirla para sentarme en una de las dos mesas mientras espero porque para eso estoy en la Joaquín Sorolla de Valencia. Una horchata fresquita. Pero enfrente está el McDonald´s con más luz que un quirófano y yo tengo una novela negra a medias. Sacrifico la horchata por un batido con el que realmente pago esa mesa en una esquina junto a una pared repleta de palabras. El tren llega a las 20:18, así que puedo leer tranquilamente hasta las 20:17. Jack Caffery insiste en que el sospechoso tiene que trabajar en el hospital de St Dunstan de Londres. A pesar de estar bajo una lámpara, la historia conserva sus sombras. Meterse en una trama negra es la mejor forma de protegerse del sol de agosto.   

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