miércoles, 5 de febrero de 2014

Cuenco con las manos



Cuenco con las manos : Pero prefiero este amanecer de luz eléctrica que se va mostrando en los locales de la calle, con las puertas aún cerradas y los cierres hasta la mitad. Un hombre que coloca los pollos en el escaparate mientras su compañero, inmersos los dos en ese silencio que surge de una atención plena, va pasando el paño por un cristal. Una mujer que barre en la entrada de su tienda los restos del día anterior. Un par de palomas que hacen la calle suya. La luz, amarilla y densa, parece la misma en todas las tiendas. No está ahí solo para iluminar, sino para desbordarse. Podría recogerse la que cae en la calle y bebérsela como si fuera un caldo espeso con el que hacer frente a un día de huesos.

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