lunes, 17 de marzo de 2014

Dosis de tres colores




Dosis de tres colores : Durante la guerra del Golfo, a los niños les repartían tres tubos con dosis de diferentes colores, dependiendo del tipo de ataque que pudieran recibir. Para ellos era un juego más y era habitual que se las clavaran en los muslos unos a otros. Cuando sonaba la alarma tenían que acudir a unas salas que tenían reservadas en los edificios alrededor del colegio, donde todo era una fiesta: parece que los únicos que perdían los nervios eran los profesores, que en vez de ayudar al que se ponía morado por no ponerse bien la máscara de gas, empezaban a gritar como el que más. Las que mejor mantenían la calma eran las profesoras.

-La pobre niña gesticulaba porque no podía respirar por la máscara y el profesor, en vez de ayudarla, la gritaba sin reaccionar, más asustado que ella, empeorándolo todo.

Escucho la historia antes de apagar el ordenador. Gracias a Sempé no me cuesta nada imaginar la escena y reírme como si la estuviera viendo.

Al llegar a casa, la calma de pies con calcetines en el sofá es mucho más profunda. 

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