domingo, 16 de marzo de 2014

El hombre sin domingos



El hombre sin domingos : El buen tiempo llena todas las mesas de la terraza y desborda al equipo del restaurante chino: antes de anotar la comanda, es el propio camarero el que sugiere que pidamos lo que la cocina ya tiene listo para ahorrar tiempo. Los platos, que tardan en llegar, se presentan desordenados. En una mesa que hay al lado, un hombre, delante de sus padres y su familia, anuncia que se marchan. Los que están con él se ponen de pie despacio, como si no fuera la primera vez que representan esa escena.Todos menos él parecen saber que es alrededor de esta espera donde se enrosca el domingo.

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